Esteban Cortés Rojas

>López insulta a los médicos; la gente les dedica frases de amor, respeto y admiración >Militarización el país; Peña y Calderón, tumbados de risa  >Morenistas locales contradicen a Hacienda >Castigo a diputados maiceados en BC

 

Una mentada -no de menta-, al gremio de los médicos no habría levantado tantas ni tan airadas protestas (incluso alguno utilizó el calificativo “mierda”), como el presidente López cuando (como lo hace en todas las mañaneras a quien se le atraviese), los insultó por parejo: “Antes los médicos sólo buscaban enriquecerse. Llegaba el paciente, -¿Qué tienes?, le preguntaban. -Me duele acá, doctor, respondía. No, ¿qué tienes de bienes?”. Fue en respuesta a que varios ex secretarios de Salud criticaron la forma en que el gobierno federal enfrenta la pandemia del coronavirus con el “rock star” López Gatell.

Nada justifica insultos al gremio médico y menos ahora que el pueblo les aplaude, les canta, les dedica poemas y les agradece de mil maneras el que se estén jugado la vida ante la pandemia; aunque otra parte, el pueblo “bueno y sabio” (el que cree en la parábola de los escapularios y el “detente” del mesías macuspano), les agreda con violencia física y verbal.

En automático alzaron la voz todas las organizaciones de médicos del país (y algunos en lo individual como el doctor Rivas Guzmán) y hasta los médicos militares reclamaron a López la animalada producto de su costumbre arrabalera de agredir a quien sea,  pero esta vez lo hizo a quienes están dando su vida por los demás.

No fue la única -ni será la última- derrapada de López en menos de una semana. La otra fue el decreto para que el Ejército permanezca cinco años en labores de policía. Toda las pestes de López y sus aplaudidores contra Calderón y Peña por utilizar soldados contra el crimen organizado, se les volteó como boomerang.

¿Volverá a culpar a los militares, sin ninguna prueba, de casos como el Tlatlaya y Ayotzinapa? ¿Qué explicación dará de la desaparición de la Policía Federal y la creación de la Guardia Nacional para combatir al crimen? ¿Y a los soldados que trabajan en Santa Lucía los llamará al combate o seguirán pegando ladrillos?

Calderón y Peña han de estar tumbados de la risa.

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Un sedicente representante de la 4T ha dicho que el gobierno estatal es poco transparente y por ello solicitó a través de la respectiva Comisión del Congreso, las cuentas públicas de la administración estatal de enero a marzo de 2020. Sin embargo, el gobierno federal -del mismo matiz moreno que el peticionario- a través de la Secretaría de Hacienda dio a conocer que Colima tiene indicadores históricos en el buen manejo de recursos públicos.

Lo que digan politiquillos del manejo de las finanzas o de presuntos malos manejos, no pasa del chisme, sobre todo en momentos de colgarse de lo que sea con tal de llamar la atención. Ahora que por la pandemia del coronavirus es más difícil hacer política, esos grillos piensan que arremeter contra la autoridad hará subir sus bonos como el covib-19 en tiempos de López. Esa estrategia funcionó en el pasado, pero ahora se tiene que trabajar para ganar adeptos. Y ahí es donde la puerca tuerce el rabo.

Lo que dicen las entidades especializadas, serias y profesionales es otra cosa y tal es el caso del indicador de Hacienda en el Presupuesto Basado en Resultados y Sistema de Evaluación del Desempeño (PbR-SED), con el que Colima pasó de la posición 28 a la 12. Las directrices de tal indicador son eficiencia, eficacia, economía, transparencia y honradez en el ejercicio de recursos públicos.

El PbR-SED es metodología que permite mejorar la calidad del gasto público y promover una adecuada rendición de cuentas. Mide la producción de bienes y servicios y el impacto que generan en la sociedad tomando en cuenta objetivos y metas.

En el país se toman en serio las mediciones objetivas, no así lo que dicen individuos o grupos de interés que ambicionan el poder, descalificando sin ton ni son pretendiendo encabezar causas perdidas aunque vayan en contra de las directrices del gobierno federal.

MESON.- A Jaime Bonilla no le quedó más que soltar la trillada frase: respeto la sentencia de la Corte pero no estoy de acuerdo con ella. La SCJN tumbó la ley que le hicieron a la medida diputados maiceados del estado de BC, alargándole el periodo gubernamental de dos a cinco años, cuando la gente había votado para que durara 2. Queda confiar en que la ley no pare allí y enjuicien a los legisladores por violar la Constitución General de la República… ¡Arrieros somos!