Adalberto Carvajal

 

¿QUÉ SUSTITUYE A LA PROCESADORA?

El que acompaña en su segundo mandato a Leoncio Morán Sánchez no fue el primer Ayuntamiento de Colima en contemplar cómo deshacerse de la Procesadora Municipal de Carne.

En términos estrictamente financieros, las prestaciones económicas y todas las conquistas sindicales que los trabajadores de ese organismo descentralizado fueron adquiriendo a lo largo de los años, volvieron incosteable la prestación del servicio público de matanza.

Aunque claro, como lo está demostrando la pandemia global, la salud pública no tiene precio. Así fuera deficitaria, su importancia sanitaria y logística salvó por dos décadas a la Procesadora como centro laboral. Todo porque, para el mercado social, es insustituible.

Cuando se creó este organismo en 1984, desapareció no sólo el rastro de Colima (que estaba a un costado de la zona de tolerancia) sino también el de Villa de Álvarez (que estaba donde luego fue seguridad pública y ahora hay otras oficinas municipales, a unos metros del Mono, la estatua de Manuel Álvarez).

El proyecto de establecer un rastro tipo inspección federal (TIF) para el estado, o al menos para la zona metropolitana, nunca prosperó. Por eso siguen operando los mataderos municipales de Coquimatlán, Cuauhtémoc y Comala.

Los tres son antihigiénicos, aunque haya un médico de la Secretaría de Salud de planta que inspeccione la sanidad de la carne. Y todos juntos, incluso trabajando todo el día, no podrían absorber el número de animales que se mataban y descuartizaban en la Procesadora.

 

INTROMISIÓN PATRONAL:

En un procedimiento cuya legalidad es cuestionada por varios diputados, Locho resolvió un problema financiero pero también laboral. De paso, inclinó la balanza a favor de la organización sindical que encabeza Héctor León Alam, aliado incondicional del edil capitalino desde el arranque de esta administración.

El conflicto laboral no pasó a mayores porque matanceros y deslonjadores que se quedaron sin lugar de trabajo y sin sindicato propio, conservan sus conquistas. Reubicados como personal de parques y jardines en su mayoría, decidieron afiliarse a la representación alterna de los burócratas municipales, Unión y Armonía, que comanda Cinthia Isais Lepe.

Con este garrotazo a los combativos trabajadores de la Procesadora, se afecta también a tablajeros y ganaderos de la zona norte del estado. Ellos se empeñan en sobrevivir en una actividad cada vez más dependiente del abasto de carne procedente de otras entidades.

El viernes 3 de abril el alcalde convocó a los ganaderos a una reunión, aunque el propósito de la misma nunca fue negociar la reapertura de la Procesadora sino apaciguarlos.

Para el munícipe no hay vuelta. Al haber desaparecido el organismo y dispersado a los trabajadores, ¿cómo justificaría volver a reunir al personal, sin reconocer la existencia misma del centro laboral y del sindicato adherido a la Unión de Irving Isais?

 

PASTOREO EN EL NÚÑEZ:

En los meses previos, Locho justificó el cierre de la Procesadora con el argumento de que el ganado que ahí se mataba no es criado en el municipio de Colima.

En ese sentido, les regalo esta idea a los textoservidores que le están haciendo su campaña a la gubernatura: que los ganadores de otros municipios lleven sus vacas a pastar al Jardín Libertad o al Núñez y, así, adquieran denominación de origen.

Olvida Locho que la carne de los animales que no se engordan en el municipio de Colima, sí se comercializa aquí. Nada más por eso, con la misma responsabilidad que tiene en el área de mercados públicos, el Ayuntamiento no puede zafarse de la obligación de prestar el servicio de matanza.

Es verdad, la ganadería es una actividad en desuso en los dos municipios de la zona conurbada capitalina, y buena parte del abasto de carne y leche ya procede de otras entidades. Pero todavía varias decenas de tablajeros se surtían de la Procesadora.

Por lo demás, del problema no es ajeno el Ayuntamiento de Villa de Álvarez porque, en los hechos, la Procesadora funcionaba como un organismo tan intermunicipal como la comisión de agua.

Locho adelantó en diciembre que se reuniría con ganaderos y carniceros para instarlos a crear sus propias instalaciones, pero mientras no exista un rastro moderno, higiénico y… particular, la comuna no puede desentenderse de la obligación de garantizar la calidad de la carne de res y cerdo que se consume en la ciudad.

Es más, hace años el municipio tendría que haber dado el paso siguiente: regular también la matanza de ganado ovino que se realiza en patios caseros o en los mismos lugares donde se expende más tarde birria y barbacoa; por no hablar del sacrificio de aves, labor doméstica en su mayor parte.

Si algo demostró el coronavirus es que el sector público tiene que recuperar sus atribuciones en campos como la sanidad animal. El mercado de Wuhan es un foco de infección, porque el gobierno chino toleró que ahí se comercialice fauna silvestre sin un manejo adecuado.

 

MUNICIPALIZÓ EL ARCHIVO:

Prácticamente, Morán Sánchez está privatizando el servicio público de matanza de animales con la misma contundencia, pero en sentido contrario, con la que municipalizó el Archivo Histórico de Colima.

Bajo la rectoría del historiador José Miguel Romero de Solís, el Archivo había avanzando a un grado de autonomía tal que lo asemejaba a una casa de estudios, tanto que ya estaba expidiendo títulos académicos.

Pues bien, Locho municipalizó el Archivo que Romero lentamente había ido emancipando del cabildo. Y ahora, contradictoriamente, el alcalde privatiza el servicio de matanza.

Por cierto, para recuperar la potestad del Ayuntamiento sobre el patrimonio documental no lo detuvo el costo político personal de romper con María Elena Abaroa, esposa de José Miguel y dirigente estatal del partido de Locho, Movimiento Ciudadano.

Tampoco lo detuvo el costo moral que supuso el reclamo que, en público, le hizo Romero de Solís a Morán Sánchez en el homenaje que le rindió al investigador la corresponsalía Colima del Seminario de Cultura Mexicana.

Para cerrar el paréntesis, diríamos que en el golpe al Archivo hubo un propósito electoral: descarrilar a la ex regidora en su aspiración de ser la candidata de MC a la presidencia municipal de Colima, porque esa posición ya está comprometida con Federico Rangel.

 

UN RASTRO EN NOGUERAS:

En el tema de la Procesadora, la pugna entre el sindicato de los Isais y el de León Alam no explica completamente el cierre ordenado por Locho. Aquí el trasfondo es otro, el negocio.

Mientras clausuran la Procesadora, el único rastro municipal más o menos moderno que había en la zona norte del estado, se trabaja a marchas forzadas en la activación de un rastro privado en el municipio de Comala, propiedad del empresario Miguel López Toscana.

Los vecinos de Nogueras, no los lugareños típicos sino los nuevos casatenientes que se han ido mudando a los fraccionamientos campestres que detonaron tras la apertura del libramiento carretero, no han recibido respuesta del alcalde de Comala, Donaldo Ricardo Zúñiga, respecto a si ese rastro, cuya construcción se había detenido, ya cuenta con permiso.

Por muy higiénico y tecnificado que resulte el obrador de Nogueras, la contaminación es previsible. E incuantificable la afectación a la plusvalía de terrenos que se han estado vendiendo como residenciales.

La perspectiva de cobrar en pocos años un impuesto predial alto no parece importarle al municipio, ni mucho menos al gobierno del estado que ya pactó con Antorcha Campesina la entrega de varias hectáreas para lotes en breña sobre el mismo libramiento, aunque más cerca del entronque con la carretera a Suchitlán.

Poco valoran ambos gobiernos el potencial inmobiliario del entorno de Nogueras, un rumbo con más vocación comercial para el desarrollo suburbano que el municipio de Cuauhtémoc.

Y es que el acceso vial para el lado oriente de Comala no depende de una autopista, sino de un libramiento y una carretera local. Mientras la ruta de El Trapiche está marcado por el transporte de carga, abundancia vehicular y altas velocidades, el corredor Nogueras-Suchitlán-La Nogalera-Cofradía de Suchitlán se integra con caminos vecinales.

 

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