Es lamentable que duela más un lienzo que una vida. Es lamentable que se haya captado la atención del presidente más por un cuadro que por la lucha de la protesta. Para el presidente de la República, el acto realizado en la CNDH es un hecho vandálico y digno de pro porfiristas y/o conservadores.

Y aunque debo reconocer que el arte es invaluable, lo es aún más la vida de una persona. La toma de las instalaciones de la Comisión de Derechos Humanos en México lo único que exhibe es la carencia que tiene el país en la ayuda a las víctimas.

¿Es mucho pedir una vida libre de violencia? ¿Es mucho pedir una vida digna para las mujeres? Lo único que denota esta situación es el hartazgo que hay en las mujeres por ser tratadas peor que la basura.

Según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), tan sólo en 2019, las estadísticas reportaban cerca de 3 mil mujeres asesinadas en México; sólo 726 investigadas como feminicidios y los demás como homicidios dolosos. La lista la encabezan los estados de Veracruz; Estado de México; Nuevo León; Puebla y la Ciudad de México. Además, México ocupa el segundo lugar de feminicidios en América Latina.

En un video, una mujer pide justicia por su hija que a la edad de 7 años fue abusada sexualmente, y le cuestiona al presidente por qué se indigna por un cuadro y no por el abuso sexual de su hija.

Pero, ¿cuál fue la respuesta de Andrés Manuel López Obrador? Tachar de inconsciente, conservador y ser pro porfirista porque “afecta la imagen de Madero o no conoce la historia (de Madero)”. Aunque dijo entender que hay mucho dolor de las víctimas, y tienen derecho de manifestarse, no considera que sea “la mejor forma de hacerlo”.

Y no conforme con desprestigiar las manifestaciones para exigir una vida digna de las mujeres, ahora asegura que la prensa las utiliza para afectar su gobierno, y que son una manifestación de “coraje” contra Rosario Piedra. Consideró también que se le da “muchos espacios y tiempo” y hay una exageración en todo sentido.

La situación no es así, esto no es un asunto político, de conservadores o pro porfiristas, mucho menos de quienes desconocen quién fue Francisco I. Madero. Esto es un asunto que nos compete a todos, el dolor por el que atraviesan estas mujeres es algo que se ha venido arrastrando por distintos periodos de gobierno, banderas políticas y funcionarios públicos; no es cosa de la CNDH o de si están conformes con la llegada de Rosario Piedra; de la Secretaría de Gobernación o de la misma Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas. Es una situación que, viendo los niveles de violencia por los que atraviesa México, pasarán muchos años para que cambie.

La lista parece interminable si hablamos de víctimas de asesinato, secuestro o desaparición forzada. Y no sólo ellos, sino sus familias, que lo único que exigen es atención a la precaria situación económica y al apoyo del Estado. ¡Esa es la verdadera razón por la que fueron tomadas las instalaciones de la CNDH! ¡No por ser pro porfiristas! ¡No por ser conservadoras! ¡No por desconocer la historia de Madero!

La toma de las instalaciones, la pinta de mensajes o la destrucción de algo material es pues sólo algo simbólico. No es una queja ni un símbolo de rebeldía, sino una llamada de atención y una muestra del hartazgo que se manifiesta en la sociedad mexicana, en las mujeres, en todos. No es cosa de la prensa conservadora, es sólo sentido común.