En las universidades ya hay clases en métodos alternos de solución de conflictos, “con lo que dejaríamos atrás la formación de abogados litigantes para construir abogados con espíritu mediador y conciliadores”, añadió el ponente.

 

Este lunes inició la Semana Académica del Abogado que organiza la Facultad de Derecho de la Universidad de Colima en conjunto con otras instituciones educativas del país, con la conferencia “La mediación notarial”, que impartió José Rodolfo Chávez de los Ríos, secretario general de la Asociación Nacional de Facultades, Escuelas de Derecho, Departamentos de Derecho e Instituciones de Investigación Jurídica A.C. (ANFADE).

 

En esta semana del abogado, además de la UdeC participan la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, la Unidad Académica de Derecho de la Universidad Autónoma de Nayarit, la Facultad de Derecho y Criminología de la Universidad Autónoma de Nuevo León, la ANFADE y la Asociación Nacional de Doctores en Derecho, Capítulo Jalisco.

 

En su charla, Rodolfo Chévez dijo que existen indicadores de todos los juicios en el país, los cuales revelan situaciones graves; por ejemplo, que el 35 por ciento de todos los juicios en México son de carácter familiar y un 30 de naturaleza civil; “aceptamos que sin duda la familia es la base de la sociedad, por lo cual, tantos juicios inducen a pensar que algo estamos haciendo mal en México ocasionando una carga insostenible para los juzgados; esto aunado a que los juzgados llevan cerrados cuatro meses más o menos, paralizando así a la justicia”, dijo.

 

Mencionó que el Artículo 17 constitucional prevé métodos alternos de solución de conflictos: “La solución positiva de la mediación será una vía que se caracteriza por ser voluntaria, confidencial e imparcial; se trata que, de manera empática, construyamos acuerdos que sean aceptados por las partes”, enunció.

 

Dijo que el notario tiene un deber social, personal y humanista; “tenemos que restablecer el tejido social, hoy tan desgastado, y también debemos ahorrar tiempo y gastos a las partes y al Estado por los largos procedimientos y procesos judiciales”. En este sentido, continuó, “el notario debe adentrarse en la mediación para la solución de conflictos, pues ayudaría a descongestionar los juzgados, insuficientes e ineficientes”.

 

El mediador, agregó, “escucha a las partes, trata de entender los intereses y necesidades, de ayudar en una solución que funcione para los afectados, para que se entiendan en una negociación asistida a través de un consenso y lleguen a un acuerdo. Aquí es de enorme ayuda la participación del notario. La mediación notarial trata de la disminución de conflictos judiciales, procurando que la armonía social llegue a los hogares. Somos cuatro mil 500 notarios en el país, lo que representa cuatro mil centros de mediación adicionales para la solución de controversias, sin que se llegue a los juzgados”.

 

El ponente destacó que “debemos entender que hay un cambio de paradigma de la enseñanza, porque los nuevos programas ya forman mediadores; en un sinnúmero de universidades ya hay clases obligatorias en métodos alternos de solución de conflictos, con lo que dejaríamos atrás la formación de abogados litigantes para construir abogados con espíritu mediador y conciliadores”.

 

Por último, comentó que “México, hoy, tiene una parálisis, una mala impartición de justicia. Esto es un reto social, un reto para los que estudiamos Derecho. Hay mucho por hacer y perfeccionar, nos faltan más y mejores leyes para aplicar, y volvernos verdaderos promotores de la cultura de la paz para lograr una sociedad más justa”.