¿Cómo anillo al dedo?

Raúl Merced Lares

Aunque pareciera estar preparando el escenario para ello, el gobierno de López O. no tiene cara para reiterar en junio o antes lo que declaró al principio en el sentido de que la pandemia de Covid-19 le va a venir como anillo al dedo o decir otra joyita parecida.

Medio mundo pudo darse cuenta de la actuación tardía, displicente y hasta irresponsable del presidente ante el coronavirus en el país. No sólo lo minimizó; también llegó a burlarse del problema y no paró sus reuniones y giras de trabajo en las que se hacían aglomeraciones de personas y hasta invitaba a salir a la gente, con lo que mandó al diablo las recomendaciones y advertencias que hizo su propia Secretaría de Salud para protegerse del virus.

Cuando finalmente aceptó a  regañadientes que debería acatar las recomendaciones de la sana distancia y el aislamiento social, el presidente suspendió sus actividades públicas, aunque ya había mostrado su perfil de indolencia y negligencia que le ha caracterizado como gobernante.

Pero vino un lamentable episodio más de la pandemia. Convencido de que esta no era un serio problema de salud pública, López Obrador no actuó con rapidez para garantizar la protección y la seguridad del personal de salud que está en la línea de atención de pacientes con el coronavirus. Tal ineptitud y desprecio ha causado enfermos y muertos entre el gremio de médicos y enfermeras, curiosamente en su mayoría pertenecientes al IMSS, lo que puso al descubierto a otro funcionario del mismo perfil del presidente, como lo es el director general de esta institución.

Otro episodio lamentable de la pandemia en México ha sido el manejo que ha dado el gobierno de López O. a los números del Covid-9 en el país. No obstante que el subsecretario de Salud llegó a aceptar de alguna manera que las cifras que reportaba no eran las reales, el presidente utilizó la política para declarar que ya se había domado al coronavirus y, por tanto, íbamos bien  en el combate a la pandemia.

Pero esto aún  no termina, como lo quiere hacer el presidente por decreto. En el capítulo más reciente de la pandemia en el país, el subsecretario López-Gatell acaba de declarar que la epidemia en México ya se empezó a aplanar, lo que ha sido tomado por muchos como un mensaje de que el problema no es tan grave y que se pueden empezar a relajar las cosas para volver a la normalidad.

El mismo día, momentos después de esta declaración, la Organización Panamericana de la Salud, representante de la OMS en América, tuvo que advertir desde Estados Unidos que aún existe un alto riesgo por el coronavirus en América Latina, principalmente en países como México, Ecuador, Perú y Brasil, por lo que se debería mantener al menos durante este mes las medidas sanitarias que se han aplicado para contener la pandemia.

Por lo pronto, se sigue sufriendo la pena y la tristeza de las defunciones por Covid-19 en el país, sobre todo en la Ciudad de México y su zona conurbada con el Estado de México, en la que incluso se han presentado lamentables capítulos como el que se dio en el hospital de las Américas en Ecatepec, Estado de México, en donde la gente ingresó al nosocomio y se metió hasta donde estaban los cadáveres por Covid-19. Quienes ingresaron tienen que someterse ahora a la prueba porque tienen el alto riesgo de haberse infectado.

La letalidad del coronavirus en México aumentó al 9.1 %, una de las más altas en el mundo, luego de que en los últimos días se ha registrado un incremento en las defunciones de personas intubadas y graves, incluso infectadas que no alcanzan a llegar al hospital o fallecen al poco tiempo de ingresar, debido a la rapidez de complicaciones a causa del Covid-19.

De hecho, México sufrió este martes pasado el día más letal por coronavirus: 236 muertes en las últimas 24 horas, para acumular 2 mil 507 víctimas fatales en el país, muchas de ellas por no acatar las medidas sanitarias de quedarse en casa y practicar la sana distancia, entre otras.

Con estas cifras negativas y  mortales que van hasta el momento, ningún gobierno debería declarar que nos fue bien en esta pandemia o que nos vino como anillo al dedo, sobre todo cuando se han registrado miles de muertes de mexicanos por esta causa, que agravian y ofenden a todos porque muchas de ellas se pudieron evitar con una mayor conciencia de la población y una intervención más oportuna y eficaz del gobierno federal.

La situación o el panorama del Covid-19 en México no están para relajar las cosas. Tendremos que alargar el aislamiento social o confinamiento en casa para ayudar a que el país salga de la zona de peligro en la que aún se encuentra. Inclusive, hay instituciones académicas, investigadoras y científicas como la UNAM que sin decirlo, están indicando tácitamente que el riesgo por el coronavirus puede ir más allá del mes de junio, ya que determinó reanudar actividades hasta septiembre de este año.

Sin embargo, ante la desesperación del gobierno de López O. de reanudar la actividad normal y su apuración en decretar por terminado el problema de la pandemia, así como por las sugerencias-órdenes de Estados Unidos, es muy posible que a partir del 16 de mayo se empiece a relajar oficialmente las cosas en el país y a partir del 1 de junio se reabra toda la actividad en el país, tal como está planeado.

Ojalá que el presidente no se equivoque, otra vez.