En solfa
Por Héctor Sánchez de la Madrid

Al iniciar el año nuevo hacemos una perspectiva de como serán los siguientes 365 días (hoy ya consumimos 3 y vamos por el 4) en nuestras vidas, cada quien se fija metas para los próximos 12 meses, casi siempre las mismas e igualmente rara vez las cumplimos, así somos y creo que difícilmente cambiaremos, hagamos un esfuerzo para que ahora sí las llevemos a cabo.

Mientras ello ocurra, démosle un vistazo a como podría venir 2023 para el país en el quinto año del mandato de Andrés Manuel López Obrador, el penúltimo en el que inexorablemente día a día irá perdiendo poder político hasta llegar al sexto y último, que prácticamente es de trámite ya que lo empleará para arreglar los números oficiales que le entregará a la o el sucesor quien en ese entonces estará en campaña electoral.

Lo anterior sucedía y se acostumbraba en el pasado, bajo los regímenes priistas y panistas, además de que la realidad va marcando la decadencia del presidente de la República, sin importar su nombre, simplemente a partir de su quinto año de gobierno su fuerza política empieza a declinar, ahora con la personalidad atípica que tiene López Obrador, tratará de extender su poder lo más que pueda, pero ya no será igual ni el mismo.

Estamos en un mundo al revés, ya que en lugar de que el Mandatario alcanzara en su ultimo tercio la madurez, prudencia y ecuanimidad esperadas, está más acelerado que nunca, invadiendo los ámbitos de los otros poderes públicos, peleándose con quienes difieren, burlándose de aquellos que tienen una ideología distinta —con todo el derecho a poseerla—, solidarizándose con las víctimas y enseguida atacarlas con saña, al igual que pronunciar su discurso de odio contra periodistas, empresarios y políticos en su insoportable mañanera.

El tabasqueño pisotea el estado de Derecho, viola las leyes e invade los ámbitos constitucionales de los poderes Legislativo y Judicial permanentemente. En su reciente intromisión sufrió un duro revés al quedarse a la deriva su candidata a presidir la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Yasmín Esquivel Mossa, luego de hacerse público el plagio que cometió en su tesis de licenciatura, lo cual empeoró al informar que el alumno que registró antes el mismo estudio ante Notario había reconocido el ilícito, lo cual fue desmentido por el autor pocos días después.

Esquivel Mossa, es la esposa del empresario José María Riobóo Talayero, constructor favorito del entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, de quien recibió varios contratos directos, entre ellos los segundos pisos del Periférico en la capital del país, también aconsejó al tabasqueño que suspendiera el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y construyera el fallido AIFA.

Desde 2019 cuando el Mandatario propuso a Yasmín Esquivel como ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se vislumbró su interés de llevarla a la presidencia en 2023 cuando terminara el periodo del entonces titular del Poder Judicial, Arturo Fernando Zaldívar Lelo de Larrea, precisamente por ser la esposa de Riobóo Talayero, lo cual provocó el rechazo de profesionistas relacionados con el Derecho y el entorno judicial.

Con un comportamiento ejemplar, el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, el último día del año emitió un comunicado en el que afirmó que la tesis de 1986 había sido plagiada y que al regresar a sus actividades en enero se harían los estudios necesarios para ampliar la información al respecto, puntualizando que “no aceptaba que derivado de disputas ajenas se vulnere el prestigio y la honorabilidad de la Universidad”.

De igual forma, la sesión del pleno de la SCJN para elegir al o la sucesora de Arturo Zaldívar en la presidencia, se efectuó en completa civilidad mediante tres rondas en las que las y los 11 Magistrados sufragaron por quienes decidieron, alcanzando en la última de ellas la ministra Norma Lucía Piña Hernández los 6 votos suficientes para ser electa como la primera presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

En la mañanera del lunes, el presidente López Obrador se contradijo al decir que respetaba a los otros poderes, que no se inmiscuía en sus decisiones, para enseguida, sin gota de vergüenza, revelar que se había hablado con 4 Magistrados de la SCJN para que votaran a favor de Esquivel Mossa para titular del Poder Judicial, pero que 2 de ellos lo habían traicionado, sufragando en contra. El fracaso fue de Andrés Manuel, no de Yasmín Esquivel.

También el lunes se realizó la elección del presidente del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, para el periodo 2023/2025, cayendo dicha responsabilidad en el magistrado Guillermo Valls Esponda, identificado con el aún morenista Ricardo Monreal Ávila y el sector empresarial, la que sería la segunda derrota del mandatario Andrés Manuel apenas en el primer día hábil de 2023. Se espera que vendrán más en el año que corre y en 2024.