Adalberto Carvajal

EL ADIÓS DE POLANCO:

Mayrén Polanco Gaytán renunció a su militancia en el PRI desde el 3 de abril de 2020. No obstante que la regidora en Villa de Álvarez solicitó al partido que “se hicieran los trámites correspondientes para que la renuncia surtiera todos sus efectos legales y administrativos”, el Revolucionario Institucional no hizo pública la decisión.

Se ocultó, tal vez, por la vergüenza que implica la separación de un cuadro distinguido en la localidad donde el dirigente estatal Enrique Rojas fue presidente municipal. O quizá para mostrarle a Mayrén, una vez más, el desprecio del grupo gobernante.

En su mensaje a la opinión pública, la economista expresa su sorpresa porque trascendió su renuncia hasta el jueves 23 de abril. Ella no lo menciona pero al reportero Javier González le llamó la atención que lleve color naranja la publicidad de las acciones coordinadas con otros regidores del Cabildo que Polanco está realizando, “con el fin de mitigar los efectos de la contingencia sanitaria que nos ocupa”.

No sabemos si Mayrén esperaba que le aceptaran formalmente la renuncia. Dirigió “un atento oficio” con la esperanza de que la dirigencia de su partido notara su existencia o, simplemente, fue por una cortesía política que no informó ella misma el 3 de abril que se convertiría en regidora independiente.

 

GRACIAS POR NADA:

En su carta abierta agradece a todas las estructuras del PRI “la oportunidad de colaborar en beneficio de la gente”, reconoce que hizo “grandes amistades” con “gente maravillosa” y corresponde, en particular, el “invaluable apoyo” del gobernador Ignacio Peralta.

Refrenda a su antiguo jefe la “disposición para continuar impulsando acciones a favor de la ciudadanía”, y deja en claro que Nacho siempre contará con su “respaldo cuando se trata de materializar beneficios a la población”.

Leído como sarcasmo, eso suena a reproche. Pero probablemente Mayrén –como otros muchos priistas en la entidad– asume que el PRI y el que es por definición jefe nato del partido en Colima, han sido y son diferentes.

En cambio, para el tricolor sí hay un reclamo: “durante los últimos meses he tenido la percepción de que en el Partido se han cerrado espacios para que la suscrita pueda seguir participando en la vida interna del mismo, limitándose las formas en que yo podría servir a los compañeros… y a la sociedad en general”.

Niega que haya sido ella quien se alejó de la dirigencia estatal o municipal o que ya milite en otro partido. Ambas afirmaciones dolosas, considera Mayrén, que se han publicado en medios electrónicos. Pero adelanta que “en los meses posteriores ya habrá tiempo para emitir algún posicionamiento en relación a mi afiliación partidista”.

 

DEL GOBIERNO A LA POLÍTICA:

Aunque pertenece a una familia priista (su tío Jerónimo Polanco fue alcalde de la Villa) y seguramente hizo trabajo de base en el PRI municipal, la trayectoria política de Mayrén puede remontarse a su ingreso a la administración pública estatal.

La ex directora de la Facultad de Economía de la Universidad de Colima abandonó una carrera académica para asumir la Secretaría de Fomento Económico en el gobierno interino de Ramón Pérez Díaz, como parte del equipo adelantado de Nacho Peralta.

Cuando el candidato priista ganó la elección extraordinaria, Peralta Sánchez movió a Mayrén a la dirección general del DIF estatal, para dejar la Sefome a Carlos Domínguez Ahedo, un ejecutivo jubilado de la industria siderúrgica que supuso el primer fiasco del gabinete.

Por razones nunca explicadas (no fue por ineficiencia ni por malos manejos, sino al contrario), el Gobernador removió a Mayrén de un organismo donde –en la circunstancia que no había presidenta del Voluntariado– era la autoridad máxima, y la nombró secretaria particular para cubrir otro error de casting.

De ahí la sacó también Nacho para impulsar la aspiración política de Mayrén. Se decidió que debía empezar desde abajo y la colocó en la candidatura a síndico en la planilla que encabezó el ex dirigente estudiantil Héctor Magaña, con la promesa implícita que del Ayuntamiento (convencidos como estaban los priistas de que ratificarían el triunfo de Enrique Rojas tres años atrás) brincaría al Congreso local para, eventualmente, tener la oportunidad de contender por la Presidencia Municipal.

Esa expectativa se desvaneció en los últimos meses, lo que sumado al desencanto que produce en los priistas la gestión de Nacho Peralta y la evidencia de que el PRI estatal es un barco a la deriva, bien pudo convencer a Mayrén que el partido que le diera todas sus oportunidades anteriores no ofrece ya ninguna posibilidad a futuro.

 

PROYECTO LA VILLA:

En ese contexto, habría que ubicar otro factor en la decisión de Mayrén: Felipe Cruz Calvario.

El alcalde de Villa de Álvarez se tomó en serio el reto de construir desde su municipio un proyecto estatal, asociado por supuesto al de su homólogo de Colima, Leoncio Morán. Como franquiciatario de Movimiento Ciudadano en la entidad, Locho se ve como candidato a la gubernatura en 2021.

En esa ecuación, Cruz Calvario juega no sólo como suplente de Locho en la candidatura natural de MC a gobernador, sino como asociado estratégico. Mas, para negociar con Morán, Felipe requiere tener fuerza política real y pretende acumularla reclutando talento local.

Con la pretensión de jugar Felipe Cruz por la diputación federal, en la Villa se disputarán no sólo la candidatura a la Presidencia Municipal sino dos diputaciones locales, más otras dos de los distritos que comparte con Comala y Coquimatlán. Y el cálculo es que los actuales representantes populares no conseguirán reelegirse pues, aun en caso que cambiar de candidatos, la 4T no lograría supuestamente remontar el desencanto.

Con los grandes empresarios y los grandes medios de comunicación en contra, considerando los estragos que causará la crisis petrolera, la crisis sanitaria y la recesión económica que seguirá a ambas, el escenario que se vislumbra para el lopezobradorismo es por el momento tan sombrío que los promotores del proyecto de MC creen que pueden jalarse hasta Perla Vázquez Montes.

Como candidata de Morena, la maestra Perla casi gana la elección municipal. Pero la hermana de Gustavo ya rompió con el Partido del Trabajo porque estorba a las aspiraciones de un hermano de Joel Padilla.

 

REFORMA POLÍTICA MUNICIPAL:

Tengo un sueño guajiro: una reforma política para que los regidores de mayoría se elijan por demarcación.

Con ello se alentaría la participación democrática, pues el ciudadano común podría ganar un cargo de elección popular, incluso como candidato independiente, tan sólo buscando votos entre sus vecinos.

Tendríamos entonces un regidor por el centro histórico, otro por San Isidro, uno más por Villa Izcalli o por la glorieta de la Diosa del Agua. Tantos como demarcaciones en las que se podría dividir la zona urbana, identificándolas por los barrios o colonias de referencia o por hitos urbanos.

Hay que elevar a nivel del ayuntamiento los avances democráticos que se han dado en la elección de autoridades auxiliares: comisarios y juntas municipales.

Con ello evitaríamos además que, al elegir a un presidente municipal, la población tuviera que cargar con un conjunto de ediles por los que literalmente nadie votó.

Hace años que, en la representación minoritaria del cabildo, dejamos atrás la figura de los regidores plurinominales. Ahora llegan al ayuntamiento aquellos candidatos a la alcaldía que consiguieron un número significativo de votos. Pero en la planilla que gana la mayoría siempre se cuelan varios regidores de bulto.

Con la reforma, como ocurre en otras ciudades del mundo y en otras municipalidades del país, tendríamos concejales que se ganaron su lugar al obtener la mayoría de votos o (en todo caso) la primera minoría en una demarcación, sin importar el partido que los postuló.

Con eso se aseguraría la pluralidad y la representatividad del ayuntamiento. Los regidores de oposición seguirían siendo los que consiguieron una representación proporcional como candidatos a la alcaldía.

 

DIVIDIR LA CIUDAD:

Y tengo un sueño más factible: crear delegaciones en Villa de Álvarez.

Es claro que el casco viejo de la urbe es ajeno ya a lo que ocurre esa otra ciudad que se extiende alrededor de Villa Izcalli, por no hablar de los exurbios que se están desarrollando rumbo a El Espinal y a la salida a Minatitlán.

No son suburbios porque carecen de los servicios de mercado, educación y salud que garantizarían una vida comunitaria autónoma, sino que forman parte del extrarradio de la vieja villa.

La idea no es engordar la burocracia municipal sino crear espacios de representación popular y de gestión para trámites y servicios ante el Ayuntamiento. La figura de los delegados se conoce en Manzanillo desde hace años, y en Ciudad de México recientemente los delegados se convirtieron en alcaldes.

 

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