¿QUÉ VIENE?
POR SEAN OSMIN HAMUD RUIZ
A mi muy querido Pancho:
Que esta nueva silla vacía en estas fechas sirva solo para recordar lo bueno de quien deja ese espacio. Te abrazo.
Muy pocos son inmunes a las emociones que se desatan en estas fechas. Curiosamente se ha analizado y descrito que, sin duda, es una de las épocas que mayormente estimulan el vaivén extremo del péndulo sentimental.
Hay alegría colectiva, esperanza e ilusión. Y al mismo tiempo personalísima añoranza, tristeza, depresión.
Contadas ocasiones llegan a mostrar de forma tan transparente la dualidad de la emotividad humana.
Más allá del marketing y su anhelado consumismo, allende las fronteras del mito infantil, descontando la creencia o fe, muy buena parte de nuestra comunidad busca celebrar. Muchos sentimos esa necesidad imperiosa de renovar ánimos, recuperar la convicción de que se puede y bien.
El resto de los días machaconamente y, por todo lados, tenemos motivos y situaciones más que suficientes para desinflar el temple.
Permitámonos por un momento vestirnos de un teflón a la negatividad y brindemos una sonrisa o un saludo a cualquiera que nos crucemos, ya sea caminando, en el banco, manejando o en el súper.
No importa que no recibamos nada a cambio. Aunque estoy seguro que nos vamos a sorprender.
Hay que reír, abrazar, apapachar.
Que la razón y el corazón puedan ver y compartir el sentido más positivo de la NATIVIDAD.
MICROCUENTO
Por un momento lo llegué a creer. Pero la fuerza de la costumbre me movió a repetir la dosis anual.
Respiré tranquilo cuando vi que el gordo ese si se comió las galletas y la leche.