¿QUÉ VIENE?

POR SEAN OSMIN HAMUD RUIZ

En psicología es muy común que se nos explique que para que vivamos de una manera tranquila y equilibrada emocionalmente es importante que hagamos un análisis de nuestro entorno y seamos capaces de aislar aquellas situaciones que más nos perturban y con ello podamos recrear la percepción del nivel de problemas que tenemos.

“Si tu mal tiene remedio, de qué te apuras. Si no tiene remedio, de qué te apuras”, mantra en el que muchas veces buscamos un refugio temporal en la tempestad de preocupaciones que nos pueden llegar a agobiar.

Y pareciera que esta actitud, cuando se lleva al extremo, puede crear mundos de ensueño.

En esa realidad paralela gozamos del amor incondicional de casi todos los que nos conocen. Tenemos la sagacidad de resolver situaciones sumamente complejas a partir de solo nuestra voluntad. Los recursos materiales se nos multiplican y podemos prodigarlos, aunque ello no suceda. Cualquier dato, observación de un tercero o incluso atestiguar presencialmente las circunstancias no nos pueden extraer de ese edén confeccionado a base de nuestros otros datos.

Como historia de Disney, en este palacio no hay hambre, enfermedad ni fallas. Somos felices, muy felices.

Psicótica mitomanía, así denomina la psiquiatría este padecimiento donde la alucinación en que la mentira envuelve la verdad es como un suave capeado que, a pesar de su fragilidad, oculta.

La falacia cíclica se convierte en el auto sustento de esta “verdad” y no hay nada que pueda convencernos de lo contrario.

Por ello, él es feliz.

El presidente de México, tristemente, ya no ve más allá de esa nube de algodón de azúcar, aún y que los últimos sondeos de aprobación lo muestren ABOLLADO.

MICROCUENTO

Nada, absolutamente nada puede contentarnos. A menos que se vea, huela y sepa a café…