Esteban Cortés Rojas

=Elección ensangrentada y el gobierno ni se tibia =Hay permisibilidad =Castigo a los nefastos que han empobrecido al país =Tres ganaron la gubernatura =Un candidato vivillo

 

El país llega a la elección de este seis de junio en un clima de violencia pre-electoral como no se había visto; sin embargo, hacemos como que no pasa nada porque no queremos dar crédito a lo que sucede.

Casi cien muertos ha cobrado la ola de ejecuciones de candidatos y uno debe preguntarse porqué, no quiénes son los responsables ni porqué lo hacen, pues quien quiera que sea, lo hace porque hay cierta permisibildad.

Es evidente que esta ola de crímenes no ha tenido, de parte del Estado, una respuesta acorde; al contrario, los criminales actúan con total impunidad, llegan, matan y se van como Juan por su casa, y el gobierno se hace como que no ve, como que no oye.

No es  ningún secreto que el gobierno del nivel federal ha seguido líneas muy marcadas que han propiciado la división de los mexicanos, principalmente en lo que se refiere a partidos políticos. Pudiéramos decir que desde el púlpito gubernamental se ejerce una política de disolución social y ya hay una línea divisoria muy clara entre los pro y los contra del gobierno. Es un política criminal.

El asesinato de candidatos no solo victimiza al sujeto y a sus familiares, sino que tiene un impacto más amplio entre la comunidad partidaria que se siente agredida y desde luego también en el ámbito social se tengan a no líneas de parentesco o afinidad política con la víctima. La convivencia social resulta lastimada con el asesinato de políticos, y el resentimiento crece y hace de las suyas; resentimiento que se dirige tanto a los agresores materiales e intelectuales, como a quien provoca la disolución y lo mismo para quienes, pudiendo, no hacen nada por contener los homicidios políticos.

Contra eso hay que votar este domingo.

Pero también, este domingo hay que blandir el el voto contra el incremento de la pobreza, la cancelación de programas sociales que daban apoyo a deportistas, artistas, mujeres en situación de necesidad, campesinos, científicos, cineastas, víctimas de desastres naturales, niños con cáncer y otros tantos que fueron suprimidos de un plumazo. Igual debemos votar porque no haya legisladores que al servicio de los poderes ejecutivos, sean federales o estatales, y que todavía lo gritan: es un honor estar con el señor.

Tampoco votar por quienes representan la continuidad en el desplome de la economía nacional; ni por quienes no rinden cuentas ni transparentan sus acciones; tampoco por quienes practican el nepotismo más descarado y permiten la corrupción de sus parientes cuates. Castigar con el voto a los que roban, mienten y traicionan.

Y menos, pero mucho menos, votar por quienes pretenden llevar a México a un régimen comunista, a menos que nos demuestren cual país de esa esfera tiene estándares de vida de primer mundo.

Así hay que votar.

MESON.- Estamos ante un grave problema: según el resumen de las encuestas de las últimas semanas, de siete aspirantes, tres ganaron la gubernatura del estado. ¿Qué haremos ante tanta locura? Lo bueno es que, en la campaña, los tres ya resolvieron toda la problemática de Colima {} Un aspirante a diputado federal por el primer distrito -que no es Vladimir, Agustín, Anilú, Brenda, Sabino, Patricia Alcaraz mucho menos Yolanda-, se pasa de vivillo al competir para representar a Colima en la Cámara Baja, pero hace su vida social, económica y familiar en el estado de Aguascalientes. ¿Será por eso que no se le vio haciendo campaña en «su» distrito? Tan desvergonzado y traicionero el candidato como los partidos que los postulan {} ¡Arrieros somos!