Esteban Cortés Rojas
=El PRI, reducido a su mínima expresión = ¿Quiénes son los responsables? Mely era buena candidata =El presidente coquetea a los priístas
¿Quién es responsable de la debacle que dejó al PRI reducido a su mínima expresión después de las elecciones del seis de junio en Colima?
La gubernatura aún está en manos priístas, pero a partir de noviembre pasará a las de Morena, pues ni en alianza con el PAN y el PRD pudieron impedir que Morena se las arrebatara porque -decían y decían bien-, significaba la destrucción del estado.
De las dos diputaciones federales, la triple alianza a duras penas pudo ganar la del distrito uno con la candidatura de Riult Rivera quien comparte residencia en Colima para temas político-electorales y en Aguascalientes para lo demás. Lo único bueno fue que eso impidió la llegada del archisupermegareconracorrupto Vladimir Parra.
De las diez alcaldías los aliados prianredistas obtuvieron cuatro; las otras seis quedarán en manos de Morena y cómplices (¿A quién se le ocurre poner de candidato en Manzanillo a un no manzanillense como JL Preciado, sabiendo del ánimo localistas de los porteños?). Por eso fue re-electa la delincuencial Griselda Martínez.
En las 16 diputaciones locales, los aliados van en tristes seis distritos. En el resto, Morena y cómplices, quedando en reserva las plurinominales.
Que el domingo hubo tianguis de votos en donde la compraventa se dio al menudeo, al mayoreo y en paquete (pero todos de contado), sí.
Que los votos se cotizaron a mil pesos cada uno por lo bajito y de ahí pa´rriba, sí.
Que la alianza compró a otros partidos varias matrices o padrones (me consta de dos) de «promovidos», por cantidades millonarias, sí.
Que hubo derroche criminal de dinero en publicidad, principalmente en las campañas de Morena y la alianza, sí.
Que algun(a)os candidata(o)s hasta se peinaron (pero no hicieron nada más) para retratarse y solo decir que el PT es la 4t, sí.
Que hubo vandalismos en destrucción de publicidad política y los organismos vigilantes de los delitos electorales ni se tibiaron, sí.
Que Indira era mala candidata y estaba rodeada de puras ratas pero compró los votos suficientes, sí.
Que Mely era buena candidata y también estuvo sitiada por ratas nefastas y caciques que por treinta años han mangoneado al PRI como Arnoldo y Fernando, sí.
Que los discursos de Indira causaron miedo entre los votantes pensantes, sí.
Que el discurso de Mely era más mesurado que el de Indira pero se dejó llevar por los aceleres de la morenista para prometer hasta lo que nunca podía cumplir, sí.
Que de uno y otro lado se pobló el paisaje de candidatas y candidatos entre los que destacaban amantes de todos los sexos, novias también de todos los sabores y uno que otro pariente de quienes partieron y repartieron el queso, sí.
Que Mely pudo ganar si no la hubiesen ensombrecido los oscuros personajes que la coparon después de que corrieron de la presidencia del CDE del PRI a José Manuel Romero, sí.
Que en el pecado llevarán los priístas (y de pasada, todos) la penitencia, sí.
Que fue una elección de estado y eso demuestra el atraso cívico de la mayoría de los votantes colimense, sí que sí.
Pero ¿quién o quiénes son el o los responsables principales de la histórica derrota del PRI?.
MESON.- El que el presidente López Obrador mencione que le buscaría la cara al PRI para completar las mayorías que le harán falta en la cámara de diputados, habla de que no tendrá escrúpulos para negociar con el mismísimo diablo si fuese preciso para tratar de salvar su proyecto político y su situación personal a cualquier precio. Las pestes que ha dicho de los priístas quedarían en el olvido y en su momento diría que, como ya negocian con Morena, se les quitó lo malnacidos. Por otro lado, eso quiere decir que el presidente no se augura para sí mismo un futuro placentero después de las elecciones del domingo. ¡Arrieros somos!