Esteban Cortés Rojas

 

= El credo de López = El que se supera y triunfa, es aspiracionista y egoísta = Peralta, histórico perdedor = López Gatell, enfiestado

 

El presidente López Obrador es duramente criticado y su imagen pulverizada literalmente a partir de sus palabras pronunciadas el reciente viernes en que trató de explicar las causas de la derrota electoral de Morena, su partido, en la Ciudad de México en los recientes comicios.

Sin admitir el pésimo gobierno que han hecho él y Claudia Sheiunbaun, el presidente dijo que los ciudadanos que rechazaron a Morena, es gente clasemediera que fue engañada por la desinformación. Y en ese tono, por absurdo que parezca, se fue recio contra ese nivel socioeconómico. “Un integrante de clase media-media, media alta, incluso con licenciatura, con maestría, con doctorado, nó, está muy difícil de convencer. Es el lector del Reforma; ese es para decirle: siga usted su camino, va a usted muy bien, porque es una actitud aspiracionista, es triunfar a toda costa, salir adelante, muy egoísta…”.

Cuando sabemos que, por el contrario, los de menos estudios son los más fáciles de convencer porque en su ignorancia aceptan cualquier cosa que se les diga, López Obrador sale con los otros datos de que los más preparados académicamente son los más manipulables. No, pos sí.

Todo mundo ha interpretado las palabras del presidente como el credo de su plan de gobierno que no es otro que empobrecer al país, detener su desarrollo, estancarlo en la mediocridad (su mediocridad) con la no preparación de sus jóvenes; de ahí que fustigue y repruebe la actitud aspiracionista de triunfar a toda costa y salir adelante, como si fueran pecado.

Esa mentalidad de López Obrador es más que retrógrada, pues pretende llevar al país a la oscuridad y la miseria con tal de tener clientela electoral a la cual mantener con sus dádivas asistencialistas. Es la peor versión del socialismo que pretende igualar a la sociedad en la pobreza y la necesidad y no en la mejoría y el bienestar. Ya López Obrador había dado pinceladas de sus intenciones cuando expresó que se secuestra al que tiene; entonces, para combatir el secuestro se debe tener una sociedad pobre. Y también cuando dijo: si ya tienes un par de zapatos, para qué quieres más?

Esa es la esencia de la cuatroté.

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El cacicazgo que ha perdurado por varias décadas en el PRI-Colima es lo que llevó a la derrota en la gubernatura en las recientes elecciones. Sin embargo, no por ello tiene menos responsabilidad en la histórica derrota el gobernador Ignacio Peralta.

Desde el inicio de su administración, Peralta se fue contra los priístas como si le hubiesen hecho un mal al llevarlo al triunfo. Les negó oportunidad a los que la merecían o los despidió del empleo para meter gente “suya” aunque improvisada. Fue una verdadera persecución.

Igual pasó con la estructura del partido donde, a ciencia y paciencia del gobernador, se deshicieron de gente valiosa que por muchos años habían entregado fidelidad y trabajo partidista, para ser sustituida por individuos sin vocación ni aptitudes.

De hecho, Peralta compartió la gubernatura con su tío Héctor, alias “el periodista”  y, desde luego, con quienes ejercen el cacicazgo en el partido del gobierno: Fernando y Arnoldo. El resultado fue que para las elecciones de este seis de junio, el PRI totalmente suelto y disuelto y sin que el gobernador tomara la gamarra, tuvo a bien postular candidaturas que cuando mucho beneficiaban a las y los favoritos de los caciques vice gobernadores, postulaciones que estaban muy ausentes del sentir popular. Ni viendo que Morena llevaba dos años de ventaja haciendo campaña y que los superaba en recursos económicos, Peralta no atinó a imponerse en su partido mucho menos en esmerarse por presentar buenas ofertas al electorado.

Si a esto le añadimos que la inseguridad provocada por la criminalidad, que los desaparecidos, que los robos, que los asaltos, que el pésimo desempeño de funcionarios, que el haber tenido a Indira en el gabinete, que etcétera y etcétera, tenemos que Peralta pasa a la historia como el gobernador que mató al PRI.

MESON.- Sin que termine la pandemia de Covid 19, el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, decidió dar fin a la conferencia de prensa en que cotidianamente daba la estadística de contagiados y muertos, con lo que nos quiere decir que ya superamos la emergencia y todo vuelve a la normalidad. Cosa más falsa no hay. Más aún, el insensible médico tuvo a bien despedirse con una fiesta jubilosa que tuvo hasta mariachi. ¿Festejó López Gatell que su gestión alcanzó más de 229 mil muertos oficiales? ¿Festejó los otros 300 mil que, según médicos y estudiosos del tema, se pudieron esconder a la estadística? En vez de haber guardado luto por las víctimas cualquier que haya sido la cifra, este desventurado médico loco cuatroteísta hizo una fiesta. ¡Qué poca madre! {} ¡Arrieros somos!