Esteban Cortés Rojas

 

>Partidos de oposición, en la hueva >Morena zozobra, ¿a eso apuestan? >Amlovers huyen del desastre de López =Gobernadores rebeldes; le cobrarán a Hacienda >¿Y la Conago?

 

¿A qué estarán apostando los partidos de oposición para las elecciones intermedias de 2021? No es pregunta ociosa. Este debería ser tiempo de que los opositores estuvieran trabajando a todo vapor, pero no lo hacen. Ni en las cámaras legislativas ni en el ámbito partidista se ve que PAN, PRI y PRD hagan nada. El que más hace -y tampoco es mucho-, es Movimiento Ciudadano.

El desempeño del presidente López, con todos sus desatinos, es un manjar que debería estar siendo degustado y aprovechado por los opositores en todos los ámbitos del quehacer político, pero nada; más hacen las organizaciones sociales (empresariales, civiles, ONG´s y otras emergentes y surgidas al calor de la amenaza lopizta de llevar al país a una dictadura) que se han enfrentado a López y sus afanes de dictador ya no tan en ciernes.

A ningún partido parece preocuparle la corrupción galopante –y en todas sus variantes-, que arrasa en todas las áreas de la administración lopizta, como tampoco la destrucción paulatina de instituciones nacionales ni el derroche de dinero, no obstante la repetitiva y demagógica prédica de la austeridad en el discurso oficial. Mucho menos les importan las tonterías diarias del presidente, como -por citar las más recientes-, la de los escapularios en plena pandemia de coronavirus, la cancelación de la cervecera Constellation Brands, el fraude en el equipamiento médico, el haber decretado la salida del Ejército a labores policíacas o la cancelación de la generación eléctrica por la IP no obstante ser más barata.

Parece que los partidos políticos confían en la autodestrucción de Morena, que no solo es un buen deseo de la mayoría de mexicanos sino una esperanzadora realidad a juzgar por lo que estamos viendo: regaños de Muñoz Ledo al mismísimo López, deserciones de legisladores morenistas, migraciones de politiquillos que fueron amlovers a morir pero que están huyendo como ratas al hundirse el barco, los casos de “distinguidos” morenos enredados con la delincuencia organizada, fracaso de los superdelegados que resultaron mafiosos de primera, y muchos inicios más de que la nave morena va a pique y ya las órdenes locas del capitán les causan pavor. Tendrían razón si es que a eso están apostando porque el lopezobradorismo está en zozobra, pero ¿el trabajo partidista? ¿El abanderamiento de tantas causas pisoteadas por la cuatroté? No hay formación ni fogueo de cuadros.

Era previsible que el lopezobradorismo no duraría ni las vísperas pues iba a demostrar, como está demostrando, que es un peligro para México por los planteamientos políticos retrógrados y medievales que se le conocían a López, lo que se confirmó con los nombramientos en las secretaría de estado donde no hay nadie que sobresalga por su atinada gestión, y por la gente que llegó al legislativo, tanto en lo federal como local, y no se diga en los ayuntamientos. Agréguele la improvisación, el amiguismo, el compadrismo y el comadrismo desatados en la cuatroté y la consecuente entrega de contratos y obras sin licitación desatados.

Los partidos opositores viven un silencio sinvergüenzamente cómplice.

MESON.- Después de varios amagos, lo que parece concretizarse es un bloque de gobernadores del Norte-occidente del país que pretenden manejarse de manera independiente (casi en rebeldía) respecto al gobierno federal. Los gobernadores de Michoacán, Durango, Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila, Jalisco y Colima, reunidos en Morelia, tuvieron acuerdos que prácticamente mandan por un tubo la “semaforización” de la reactivación económica que anunció el presidente López bajo el nombre de “nueva normalidad” consistente en “criterios” que irían abriendo las actividades de la economía en las entidades, lo que en buen romance es la abdicación de la Presidencia de la República a su responsabilidad de coordinador en la emergencia sanitaria y, por el lado de estos gobernadores, es como decirle a López: que semaforitos ni que tus calzones. Por principio de cuentas los gobernadores coaligados acordaron no reiniciar clases presenciales en el actual ciclo escolar; pero lo más importante es que se dijeron decididos a cobrarle a Hacienda lo que han invertido en combatir al covid-19 sabedores de que la salud es, constitucionalmente, obligación federal, pero resulta que el gobierno de la federación los trae fintos con recortes y más recortes presupuestales con el pretexto del coronavirus. Bien por esos gobernadores, pero ¿y la CONAGO qué pitos ha tocado?… ¡Arrieros somos!