Esteban Cortés Rojas

*Una víctima de coronavirus que pone los pelos de punta *El servilismo de López Gatel y la estulticia presidencial *Tres chicas en campaña

Hasta la mañana de ayer, en el país eran 118 casos confirmados de contagio por Covid-19, además de 314 sospechosos y 787 negativos. De ese universo ha resultado un fallecido, pero lo que preocupa es que esa víctima asistió a una de esas mamarrachadas que son los conciertos masivos de música moderna en donde se hace de todo menos escuchar buena música. Se supone que el fallecido es un caso autóctono, pues no se tiene información de que se haya contactado con algún extranjero de país donde la pandemia ha prendido fuerte; pero se teme que en el predicho concierto el individuo haya socializado lo suficiente para regar el virus en cantidades bárbaras. Hay otros casos preocupantes, pero éste, por tratarse ya de una víctima mortal y los contactos que pudo tener, es el que pone los pelos de punta y los gritos en el cielo.

Sin embargo, quien debiera preocuparse en serio es el presidente López pero, no obstante, ni suda ni se acongoja, ni llora ni puja, ni se pone colorado ni descolorido, y si en cambio luce más fresco que una lechuga y más listo que un cerillo para hacer de las suyas. Es más, reparte abrazos y besos por doquier, lo mismo en la convención de banqueros que con los niños y adultos en sus giras por el país (de las que no se sabe para qué sirven) como a una niñita de Ometepec, Guerrero, a la que succionó una mejilla igual que ha estrujado y restregado contra sí la humanidad de menores que son puestos en sus brazos en plena vorágine de pánico por el contagio de coronavirus. La ignorancia de López sobre el tema parece absoluta, pero suponiéndosele con entendederas políticas, debiera actuar de otro modo. El que no tiene madre es el subsecretario de Salud, Hugo López Gatel, quien en su servilismo solo le importa quedar bien con el presidente López y lo avala en todo: a la pregunta de un periodista que le cuestionó que López interactuara físicamente con otras personas, dijo que “la fuerza del presidente es moral, no es una fuerza de contagio”. Monumento a la estupidez de López Gatel de quien parece que su apellido viene de gato. Pero en la cúspide de la estulticia se coloca el propio presidente López al decir que su “escudo protector” contra el coronavirus es la honestidad y amuletos como la oración que dice: “detente enemigo, que el corazón de Jesús está conmigo”, también un billete de dos dólares que le regaló in migrante y un trébol de cuatro hojas.

Trump ha cerrado fronteras con Canadá y está a punto de hacerlo con México. Guatemala ha hecho lo propio con nuestro país. Los centroamericanos han  impedido el ingreso de extranjeros por todas las vías. En países europeos ni se diga; las medidas que han tomado son dramáticas. Declaratorias de emergencia, cierre de fronteras, toques de queda, ciudades desiertas, comercios desolados, autopistas vacías y anaqueles de centros comerciales vacíos. Y nosotros con un gasón y su patiño exhibiendo amuletos de la buena suerte.

MESÓN.- Mientras en el país y en el estado sopla un viento negro con olor a muerte, tres chicas de la farándula política se publicitan en anuncios espectaculares  con miras, se supone, a la  competencia político-electoral del año venidero. Ellas son Indira Vizcaíno, súper delegada federal; Ana Karen Hernández (diputada local por el PT) y Rosy Bayardo (diputada suplente por Morena). La imagen de las tres luce a todo glamour en la parte trasera de camiones de transporte urbano y, a lo que se ve y se confirma por las sonrisas que lucen, lo que está sufriendo la población por el coronavirus, les vale un soberano pito. Nadie de ningún otro partido ha incurrido en semejante falta de respeto y burla al  sufrimiento popular. De que las hay, las hay… ¡Arrieros somos!