Esteban Cortés Rojas
=¿Dónde, cuándo y ante quien declaró Lozoya? =Recuperar credibilidad para el 2021, el propósito =Se busca la corrupción del pasado y se tolera la que asfixia el presente = Arganis, ¿conscripto? =Rosa Icela y las chalupas
El circo Lozoya tendrá resultados adversos para la 4T, pues hay muchas cosas raras en el entorno.
Lozoya fue traído de España la semana pasada y, como por arte de magia, al llegar a México se indispone por una anemia aguda que obliga a su atención médica y hospitalización inmediata. No lo muestran ni para sacarle una foto; se lo llevan a escondidas a una clínica privada mientras, en un vehículo distinto, se hace la finta de que va al reclusorio. La prensa es burlada. ¿Por qué tanto misterio? ¿Por qué engañar a los periodistas? ¿Por qué no fue llevado directo a un juez, como manda la ley, para que éste, si de veras estaba enfermo, dispusiera su traslado a un hospital? ¿Por qué el presidente López insistió en que estaba en el juzgado cuando en realidad estaba hospitalizado?
Luego se filtra información de que el tal Lozoya reveló nombres y cantidades de dinero que, por su conducto, la empresa Odebrecht habría repartido generosamente entre políticos (principalmente legisladores) a cambio de que apoyaran la reforma energética del sexenio anterior y para la campaña presidencial de Peña Nieto. ¿Dónde, cuándo y ante quien lo dijo? ¿Fue ante la fiscalía o ante un juez, como debía ser? ¿De veras habló Lozoya del dinero de Odebrecht a sabiendas de que ya es cosa prescrita porque tiene ganado un amparo federal? De ser cierto que Lozoya habló del caso Odebrecht, existiría audio y video que ya se habría difundido ampliamente; pero como no se dan pruebas de dónde, cuándo y ante quien, lo más seguro es que no sea cierta la versión.
El manejo del caso Lozoya contradice las buenas prácticas de transparencia y, además no se menciona que el asunto de Odebrecht prescribió y es tema sin vuelta de hoja. Sin embargo, el tema es importante en la carpa de las simulaciones que ha montado la cuatroté, pues le viene como anillo al dedo para que la gente vea a otro lado (la especialidad de López) de donde están los verdaderos y grandes problemas: los muertos por la criminalidad, los muertos por el covid, los millones de desempleados, la falta de liquidez en el gobierno, pues no en balde pidió prestados mil millones de dólares al Banco Mundial y está pidiendo “aportaciones voluntarias” a la alta burocracia (y eso que se está ahorrando un dineral en sueldos de trabajadores de las obras a cargo de militares); el saludo a mamá Chapo, la liberación de Ovidio, por ejemplo. Otro ingrediente en este desesperado montaje del circo Lozoya es el bajo índice de popularidad del presidente López con miras a las elecciones del 2021.
Sin embargo, a López le queda una buena carta por jugar para levantar su popularidad, pero quien sabe si se anime a jugarla: sus propios corruptos. Buscar corruptos del pasado no es por demás y ojalá que a Lozoya lo sometan a juicio por tantas tranzas; pero eso es menos importante que la corrupción que asfixia al presente gobierno federal, pues bien se sabe que en ciertas dependencias la mayoría de contratos de obra y adquisiciones se otorgan sin licitación y sin taparle el ojo al macho. En ese apartado hay un clamor nacional. Las sinvergüenzadas de los superdelegados federales son otro filón que pudiera explotar López para levantar su imagen. El encargarle obras al ejército, obviamente sin licitación, es otro ángulo de la corrupción en este gobierno. De corruptos individuales en el gobierno de López, hay casos monumentales: Bartlet, Guevara, Irma Eréndira, por citar unos cuantos.
Total: el caso Lozoya no dejará los saldos que está esperando la 4T.
MESÓN.- Derivado de la renuncia de Javier Jiménez Espriú a la SCT, el presidente López designó para sustituirlo a Jorge Arganis Díaz Leal de quien se discute si su edad es de 77 o de 90 años y ha inspirado chistes: que es conscripto porque ya va a “marchar”, que se fugó del panteón de las momias en Guanajuato, etc. Otra razón por la que de Arganis se ocupan los medios es que el chaval ejecutó el proyecto de los segundos pisos en vialidades del ex DF, de los que nadie sabe lo que costaron porque la información se encriptó por ochenta y tantos años. = Por cierto, López informó que designó a la periodista Rosa Icela Rodríguez como directora de Puertos y Marina Mercante, nombramiento que correspondía hacerlo a Arganis. Pero el que López se haya brincado al nuevo titular de la SCT, no es tan grave como el que Rosa Icela sabe de puertos y marina mercante lo que aprendió en las chinampas y trajienras de Xochimilco. ¡Ay, la 4T!… ¡Arrieros somos!