Esteban Cortés Rojas
*Una consulta al estilo López cancela una planta cervecera *Último clavo al ataúd de la economía *No hay insumos de hospital pero hay escapularios *Barbosa dice que el Coronavirus no le pega a los pobres como él
En Mexicali, capital del estado de Baja California gobernado por el morenista Jaime Bonilla Valdez, se acaba de dar una puñalada al país entero mediante una “consulta popular” que canceló el proyecto de construcción de la planta cervecera de la firma Constellation Brands, en el ejido Choropo.
La “consulta” fue al más puro estilo López Obrador: Mexicali cuenta con una población de alrededor de un millón de habitantes, pero en el ejercicio “democrático” participaron 36 mil 781, de los cuales 8 mil 547 (23.3%) se pronunciaron a favor del proyecto y 27,973 (76.1%) votaron en contra. El punto a discusión es el agua: Mexicali es zona desértica, y ese fue el argumento de los “contras” de la cervecería. Sin embargo, hay datos de que el acuífero de la zona es 2,950 millones de M3, de los que la planta utilizaría apenas 0.16%. A febrero de 2019 la inversión en la planta era de 700 millones de dólares que representan el 47% del total que alcanza los 1,4000 millones de dólares. En su etapa constructiva daba ocupación a 4 mil empleados directos y preveía 750 plazas laborales al entrar en funcionamiento.
La “consulta popular” con que se frenó la planta no es otra cosa que la manifestación de repudio y odio que la 4T tiene por los capitalistas de la iniciativa privada así se trate de un proyecto que fuera a ofrecer, con capital privado extranjero, una cantidad de empleos que buen falta harán en la crisis financiera ocasionada por el coronavirus que apenas va empezando pero ya ha provocado el desplome del precio del petróleo y la depreciación de la moneda mexicana frente al dólar.
Un proyecto que impacta, por lo menos, al estado de Baja California cuando no al país entero, fue echado abajo por un remedo de “consulta popular” en el que solo participaron 36,781 ciudadanos de una población de un millón. Es una locura.
El presidente López no ocultó su satisfacción por el resultado triunfal de la “consulta” y terció en el diferendo diciendo que en los permisos previos para la construcción de la planta -otorgados en la administración federal pasada-, hubo actos de corrupción. Y además subrayó que la cerveza se iba a exportar. Como si al país no le hicieran falta dólares. Es decir, el mismo argumento y los mismos mecanismos que se usaron para echar abajo el nuevo aeropuerto de la ciudad de México que fue la primera muestra de malquerencia de la 4T a los empresarios.
El presidente López ha dicho que está dispuesto a dialogar con el sector empresarial respecto a la cancelación de Costellation Brands en Mexicali, seguramente creyendo que con otro bote de tamales y la respectiva olla de atole los hará recuperar el semblante y el buen humor, pero el asunto tiene implicaciones incluso en el TMEC, de suerte que la vía de la tamaliza no parece viable.
Para los expertos en cuestiones económico-financieras la cancelación de Constellation Brands equivale al último clavo al ataúd de la economía nacional porque, sencillamente, no es esa la política que se requiere para reanimar a la inversión y atraer a los inversionistas a un país que, económicamente, ya camina como zombi.
MESON.- Si el país ya está en la fase 2 del Coronavirus y los hospitales están desprovistos de lo tradicionalmente necesario para atender pestes, epidemias y pandemias, ¡que no panda el cúnico! Si no encuentra tréboles de cuatro hojas ni billetes de dos dólares, en cualquier tienda de artículos religiosos hay abundancia de escapularios y estampitas milagrosas que, según López, detienen al maligno Coronavirus. <> Y por si faltara, ya el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, aclaró que el Coronavirus es una enfermedad que solo les pega a los ricos, de manera que -dijo-, nosotros los pobres estamos a salvo. Lo perdonamos porque él, literalmente, no ve lo que dice… ¡Arrieros somos!