Esteban Cortés Rojas

>Un mes de duelo nacional, pero el presidente no se conduele >Otro decomiso de droga… ¿se han capturado remitentes y destinatarios? >Ni el beneficio de la duda

    Por decisión presidencial mediante decreto, el gobierno federal dispuso un mes de duelo nacional a partir del 13 de agosto y hasta el 11 de septiembre. En ese lapso la bandera nacional se iza a media asta en los edificios públicos, y todos los días a las doce horas, en las oficinas de gobierno se dedica un minuto de silencio en memoria de los fallecidos y los contagiados por el Covid-19. Esta disposición se da cuando casi llegamos a los sesenta mil decesos.

    Lo manifestado por el presidente López en ese decreto no es un deseo espontáneo como tampoco es sincero. Lo demuestra el hecho de que tuvieron que pasar cinco meses y medio para que -después de verse presionado por puyas y comentarios de la opinión pública-, diera muestra de esa condolencia que obviamente no siente, pues fue hasta el reciente 5 de agosto -después de 50 mil decesos- que el presidente hizo el primer “homenaje” en palacio nacional encabezando una ceremonia de toque de silencio y guardando un minuto de silencio por las víctimas. Luego vino el decreto del mes de duelo.

    En los cinco meses y medio que la pandemia ha tundido a México, López no se ha conmovido. Incluso al principio, en un tono de sincera alegría dijo que la pandemia le venía como anillo al dedo para sacar adelante el proyecto de la “cuarta transformación”. Enseguida, entre risas de diabólico sarcasmo recomendaba “detentes” y escapularios para contener el contagio. Y cuando se recomendaba el aislamiento social y la sana distancia, exhortaba -sin poder contener la risa de burla-, a abrazarse y salir a las fondas y restaurantes porque, decía, no pasaba nada. En tanto las autoridades sanitarias pedían tomar precauciones, el presidente López se pitorreaba con acciones y comentarios contradictorios.

    El subsecretario de Salud y responsable de la pandemia en México, Hugo López Gatell, ambiguamente aconsejaba quedarse en casa pero decía que el presidente López no era una “fuerza de contagio” sino una “fuerza moral” y así justificaba que López no usara el cubrebocas y que anduviera de gira y en eventos multitudinarios por todo el país haciendo cosas totalmente contrarias a las prevenciones que exigía el Covid.

    En la comunidad mexicana -excepto los irracionales amlovers que hasta aplauden las torpezas del presidente-, es perceptible un sentimiento de enojo y furia por ese evidente desprecio a usar el cubrebocas y por la inhumana indiferencia del presidente por las víctimas de la pandemia, lo que se considera la muestra irrefutable de que le importa muy poco la transmisión del virus porque debe saber -y si no lo sabe es mucho peor- que al ser la figura pública más prominente del país, debe poner el ejemplo.

    Tan no le importan los muertos del Covid al presidente, que el pasado diez de  agosto, sin poder contener su rabia, reclamó a los medios de comunicación y los llamó “zopilotada”, porque -dijo-, llevan la cuenta diaria de los decesos por el covid. Ese recuento de muertos el presidente López lo toma -y así lo manifestó-, como un deseo de los periodistas de que al gobierno le vaya mal.

    Nadie culpa a López de la pandemia, pero sí de que tiene actitudes contrarias a las recomendables para evitar el contagio. El hecho de que hasta los cinco meses y los 50 y tantos mil muertos haya decretado un “duelo nacional”, habla de que su condolencia no es tal. 

    No le duelen nuestros muertos; todo lo contrario.

    MESON.- Se dio a conocer que fuerzas policiacas federales incautaron más de media tonelada de cocaína en un contenedor en el puerto de Manzanillo, una noticia que ya a nadie llama la atención mucho menos entusiasma. ¿Alguien nos puede decir si de los cientos de decomisos en Manzanillo, anteriores y recientes, se ha desprendido el que agarren al remitente y al destinatario de la droga? Tampoco pasa desapercibido que antes, con cierta frecuencia se incineraban cerros de estupefacientes en actos públicos; pero en lo que llevamos a de la “cuarta transformación” no se sabe que se halla destruido ni un gramo de droga. ¿Será que la destruyen a escondidas los de la 4T? >< No digo que todos, pero sí que algunos de los nuevos miembros del CDE del PRI que presentó el presidente José Manuel Romero Cuello, no merecen ni el beneficio de la duda. Entre cartuchos quemados y probadas nulidades, se pierden los que pudieran ser buenos elementos. Si así van a estar los candidatos para la próxima contienda electoral, ¡Uy uy uy!… ¡Arrieros somos!