Esteban Cortés Rojas
=Aumenta la alianza de gobernadores =El ejecutivo federal se sirve con la cuchara grande; a estados, puros tijerazos =¿Jugará Indira?
Va escalando el conflicto entre el Ejecutivo Federal y los gobernadores de estados que integran la llamada “alianza federalista”. Los mandatarios estatales exigen un reparto más equitativo de los ingresos por impuestos federales que de las entidades federativas se lleva el gobierno central.
Inicialmente la “alianza” la integraron los gobernadores panistas de Tamaulipas, Aguascalientes, Chihuahua, Durango y Guanajuato; así como los priístas de Coahuila y Colima; el emecista (MC) de Jalisco; el perredista de Michoacán y el independiente de Nuevo León. Pero apenas antier su sumaron los demás mandatarios emanados del PAN: Baja California Sur, Querétaro, Yucatán y Quintana Roo.
A favor de la política fiscal centralista del gobierno federal se pronunciaron todos los mandatarios morenistas: Baja California, Chiapas, Morelos, Ciudad de México, Puebla, Tabasco y Veracruz. ¡Puras joyas!
La queja de la “alianza” es que el gobierno federal se lleva de sus estados muchos miles de millones de pesos y les devuelve no más de 30 centavos por cada peso y, en algunos casos, miserables once centavos como era el caso de Colima según el último dato conocido. La petición, más que necesaria parece muy justa, sobre todo cuando el gobierno del presidente López se ha caracterizado (desde antes de la pandemia), por recortar más y más las participaciones a grado de dejar algunos rubros en ceros como es el programa de apoyo para seguridad pública. Además de que el gobierno central, con el pretexto de que comprará vacunas para el covid, se viene apropiando -gracias a la lealtad ciega de su mayoría de diputados y senadores-, de todos los fideicomisos y fondos financieros que tiene dinero de la federación, dejando sin apoyos a un universo enorme entre artistas, deportistas, investigadores, enfermos, campesinos, etc. Nunca se había visto voracidad tal en gobierno alguno como en el presente. El hambre de dinero es, más que evidente, descarada.
A la exigencia de los gobiernos estatales, el presidente López ha respondido fiel a su estilo: ni siquiera los escuchará en una reunión; por el contario, López dice que algunos estados le deben dinero a la federación por concepto de impuestos y que los demandantes utilizan el tema como estrategia electoral; en tanto, el secretario de Hacienda -adivinen por órdenes de quién-, “aclaró” que el pacto fiscal fue suscrito con el presidente Calderón, como si eso fuera condicionante para no modificarlo.
El asunto no es quién le debe a quién ni cuanto ni cuándo ni cómo ni entre quienes se firmó el pacto fiscal, pues si fuera el caso de los adeudos, debe haber previsiones y formas acordadas para los respectivos pagos. El que el presidente López diga que es tema electoral, no es otra cosa que su estrategia favorita para tratar de escudarse (recuérdese que lo mismo dijo del problema de la presa La Boquilla, en Chihuahua).
El asunto es que se requiere una nueva forma de participación de los recursos fiscales, una que aumente el porcentaje de las devoluciones del centro a los estados que es donde se generan los ingresos, lo que por lo menos debiera merecer una reunión entre el presidente y los gobernadores que, por su parte, han respondido que no tratan de romper el pacto federal (la separación de los estados con respecto a la Federación) como sugieren algunos observadores que incluso ya le llaman “Norexit” (el norte que se sale) al movimiento de la “alianza”, en alusión al Brexit de la Gran Bretaña para abandonar la Comunidad Económica Europea.
Se requiere discutir civilizadamente la necesidad de un nuevo pacto fiscal como se viene demandando. Lo que digan los opositores a la propuesta, es pura intención de distraer y enredar las cosas.
MESON.- No se sabe que Indira Vizcaíno haya renunciado ni que vaya a renunciar a la “superdelegación” federal para apuntarse como candidata a la gubernatura de Colima. Se sabe que su jefe inmediato, Gabriel García, instó a todas, todos y todes las interesadas, interesados e interesades (no sé si así se diga, pero todo sea por no meterme en broncas de género que no quiero ni imaginar de tan tupido que está el paisaje) a que, si tenían planes al respecto, que desde este lunes se pusieran sus zapatillas de ballet y se fueran mucho a… patalearle a la campaña. A su vez, el presidente López les dio de plazo hasta finales del mes, o sea mañana. Quedan dos días. Hagan apuestas… ¡Arrieros somos!






