Esteban Cortés Rojas

*El petróleo de Pémex, más caro el caldo que las albóndigas *Nos exponemos a que la OPEP nos deje sin mercado *El secreto es: porqué Trump “presta” a México petróleo que no es suyo? *Que no les de Covid-19 a los desobedientes

 

Por la crisis económica-financiera en que está México desde antes del Coronavirus se ha depreciado el peso frente al dólar; pero ahora ya con la pandemia encima, los precios de las gasolinas se han ido a pique en todo el mundo. Las cosas se agravaron cuando Arabia Saudí (primer productor mundial) pidió a Rusia bajar su producción de crudo para elevar los precios de combustibles, pero los rusos se negaron y entonces los árabes decidieron aumentar su producción para perjudicar a Rusia pero se llevaron entre las patas a todos.

La debacle económica provocada por el pleito árabe-ruso, llevó a la Organización de Países Productores de Petróleo, OPEP, a reunirse para darle cara al problema, invitando a México y a países no miembros a deliberar y tener acuerdos adecuados. El acuerdo principal fue que todos los países, miembros y no miembros de la OPEP, debían reducir el 23% de su producción petrolera a fin de resarcir en parte el mercado de los combustibles pero, ¡oh sorpresa!, México, un país no miembro de la OPEP, se negó a recortar su cuota de 400 mil barriles diarios y ofreció hacerlo en 100 mil. En un largo estira y afloja con posiciones inamovibles, la secretaría de Energía de México, Rocío Nahale, llegó a levantarse de la mesa virtual y dejar a los de la OPEP con  la palabra en la boca. Luego se supo -sin que se sepa de quien fue la idea-, que el presidente Trump ofreció “ayudar” a México a cumplir con la OPEP: Estados Unidos rebajaría 250 mil barriles de su producción y se los “prestaría” a México, lo que puso de plácemes al presidente mexicano, López, por la ayuda que le ofrecía EEUU.

Sin embargo, Arabia Saudí, que lidera la OPEP, desconfía de la generosidad de Trump y rechaza en principio la propuesta del “préstamos”; además, Paul Alejandro Sánchez, experto en el tema y director de la organización Ombudsman Energía México, ha dicho que, además  de que resulta insuficiente recortar solo el 23% de la plataforma mundial de producción para resolver el problema de la excesiva saturación del mercado, pronosticó que si México se desmarca del acuerdo será excluido del mercado petrolero, de modo que la OPEP venderá petróleo más barato que el mexicano y eso hundiría -¿máaas?- nuestras ventas. Y además dijo algo que resulta mortal para el plan Trump-López: “Estados Unidos no puede ordenar a las empresas privadas (de EEUU) reducir la producción (allá no hay una paraestatal como Pémex); sólo puede almacenarla y venderla más tarde”. Sánchez opina que una reducción de la producción sería una oportunidad para Pemex, dado que le permitiría reducir costos y beneficiarse del aumento del precio de los barriles de crudo, pues ya se sabe que a Pémex, en las actuales circunstancias, le sale más caro el caldo que las albóndigas: cada barril que extrae le cuesta cuatro dólares más caro que el precio de venta.

Duncan Wood, director del Instituto México del Centro Wilson de Washington, dice al respecto: “No aprovechar una oportunidad para estabilizar los precios del petróleo en un momento en que cuesta más bombear mucho del crudo mexicano que el precio de mercado, es increíble”.

Los genios que dirigen Pemex, encabezados por Rocío Nahale -que quizá haya conocido los pozos petroleros cuando los incendió López-, y el agrónomo Octavio Romero Oropeza, no entienden que es mejor extraer poco y vender a buen precio, que sacar mucho y vender por abajo del costo de producción.

El gran secreto es porqué Trump ofreció “prestarle” a López 250 mil barriles para completar su cuota de 400 mil (después se ha sabido que se la rebajaron a 350 mil), si ya sabemos que los gringos no tienen amigos sino intereses. Solamente un tonto le cree a Trump cuando dice que los mexicanos le simpatizamos y que el presidente López le cae requetebién (lo que ha de ser por los 27 mil soldados en la frontera cuidando que no pasen indocumentados).

MESON.- En estos tiempos de aterradora soledad en las calles y en los lugares públicos, no tenemos más que agradecer y mandar besos a la gente sensata que ha decidido permanecer encerrada y aislada para protegernos todos, en tanto pasa la contingencia por el Coronavirus. A los otros, a los tercos como López, a los desordenados, a los valemadristas, a los que no entienden razones, a esos no les deseamos que les de Covid-19, sino que vivan para contar los millones de veces que les hemos mentado la madre… ¡Arrieros somos!