Esteban Cortés Rojas
{} Indira y su tabla de valores {} Yáñez, Martínez y Toscano, la conocen {} La policía no es la culpable
Para Indira Vizcaíno no existe más merecimiento a una persona que el que ella le otorga sin importar lo que se haya hecho para halagarla. En la selección de candidatos de su partido, la candidata de Morena ha dejado ver su tabla de valores.
Cuando se debatía al interior de Morena la postulación para la gubernatura, la mayoría se inscribió en contra de la voluntad de Indira, pero también lo hizo una amiga suya para que no pudiera consumarse un consenso como primer paso para lograr una candidatura.
Si bien Claudia Yáñez Centeno, Griselda Valencia y hasta Griselda Martínez pretendían la candidatura, los aliados en ese momento, como Joel Padilla y Virgilio Mendoza Amezcua, estarían de acuerdo en sumarse a quien ahora es candidata a gobernadora por Fuerza por México. Lo que impidió el consenso fue la inscripción de Blanca Livier Rodríguez Osorio, con lo que, sin su aval y el de la propia Indira, no habría candidatura de unidad. Lo que seguía era realizar una encuesta para determinar quién sería postulado(a), algo a lo que siempre apostó la ex secretaria de Desarrollo Social del gobierno del Estado, tomando en cuenta que por dos años utilizó recursos, medios y programas federales a su disposición para promocionarse, lo que los demás no tuvieron. Al margen de las protestas de Claudia y Griselda -a lo que se sumaron los dirigentes del PT y del Verde-, una crítica de la alcaldesa de Manzanillo resultó catastrófica. Sucedió lo impensable: Griselda Martínez subió un video a sus redes sociales en el avaló y legitimó la candidatura de Indira. Griselda creyó que con eso la abanderada a gobernadora le dejaría el camino libre para su reelección. Craso error, pues para Indira, que Griselda haya reconocido su candidatura, era algo que debía hacer y no tenía que agradecérselo, mucho menos permitir que Griselda Martínez caminara a su reelección. Indira siempre quiso para la alcaldía porteña a Rosy Bayardo, quien asumió la diputación federal tras la licencia de Indira para irse como delegada de programas de bienestar del gobierno federal.
Una reportera manzanillense hizo la crónica de lo sucedido cuando Indira y sus amigas -entre las que iba Rosi Bayardo-, acudieron al palacio municipal de Manzanillo donde se encontraron con Griselda Martínez y, luego de decirle que no podía ser la abanderada porque los “números” no le favorecían, salieron al aire entre gritos y manotazos por la negativa de la alcaldesa a ceder su lugar a la diputada federal suplente.
El caso Manzanillo no fue el único en el que Indira actuó así, en Villa de Álvarez, el mejor posicionado es Guillermo Toscano, pero Indira quiere imponer a su amiga Blanca Livier Rodríguez Osorio. Para congraciarse con Indira, Toscano había insistido en que apoyaría sus aspiraciones: cuando fue presidente de la Comisión de Gobierno Interno del Congreso del Estado, detuvo toda la sinergia que venía del diputado César Farías Ramos, quien cuando estuvo al frente del Poder Legislativo exhibió las corruptelas del compinche de Indira, Vladimir Parra: manejo discrecional de recursos, utilización del programa Jóvenes Construyendo el Futuro para su beneficio, pago de facturas de bebidas alcohólicas y la indebida asignación de unos quinientos mil pesos que nunca pudo probar el legislador morenista. Y también, Toscano detuvo la propuesta de una investigación contra Indira por los medicamentos propiedad del sector salud que se donaron al IMSS y que Indira avaló con su presencia. Pero nada de eso sirvió: Indira vio esas acciones como algo que Toscano tenía que hacer; de ninguna manera le valió para siquiera pensar en la posibilidad de darle su respaldo para que fuera el candidato de Morena a la alcaldía de VdeA. Indira jamás acusó recibo de lo hecho por Toscano; al contrario, cinco personas se registraron para la presidencia municipal y así simular una candidatura de unidad a favor de Blanca Livier, en lo que no participó Toscano; luego dudaron en realizar una encuesta -que se hace cuando no hay consenso-, y ahora la hacen pero nadie sabe la metodología ni si en realidad se está levantando. Y lo más humillante: en el arranque de su campaña, Indira permitió que la gente de Vladimir insultaran a Toscano frente a Mario Delgado para exponerle su inconformidad de que fuese candidato a la alcaldía de VdeA.
Manzanillo y Villa de Álvarez son apenas dos claros ejemplos de cómo se comporta Indira: pueden hacer lo que sea por ella, incluso ser serviles como fue Toscano, pero en su proyecto no cabe nadie más que sus amigas (¿novias?) y allegados. No ve más allá; no importan números ni aptitudes; ni siquiera es pragmática; sólo ve la lealtad a ciegas como López Obrador. La diferencia es que AMLO ya es presidente y ella apenas quiere ser gobernadora.
MESON.- Con el ánimo de contribuir a que la lucha feminista vaya por buen cauce hasta su buen fin, pregunto a las muchachas que el pasado 8 de marzo hicieron otra marcha en la Ciudad de México para exigir al gobierno federal poner atención a sus demandas: ¿Por qué ensañarse a martillazos, con lanzallamas y todo lo demás contra las y los policías? Esos trabajadores no son los culpables {} Arrieros somos!