En solfa
Por Héctor Sánchez de la Madrid

Quizás el tema local más comentado en los últimos meses es el futuro político de la hoy alcaldesa de Colima, Margarita Moreno González, esto es, si volverá a ser apoyada por la coalición PRI, PAN y PRD para reelegirse en el puesto que hoy ocupa y ha desempeñado con eficacia, razón por la cual deberían de respaldarla, hoy más que hace tres años que nadie sabía si funcionaría o no.

El problema nace en 2021 cuando los tres partidos acordaron que la candidatura a la alcaldía capitalina sería para el PRI y en 2024 el PAN designaría a quien los representaría, incluyendo al PRD. Se dijo también que el postulante a la diputación federal por el Primer Distrito Federal, Riult Rivera Gutiérrez, abanderaría para entonces a la alianza hacia la presidencia municipal de Colima, “porque ya le tocaba”.

Riult Rivera había sido relegado por el PAN en 2015 al concederle a Héctor Insúa la candidatura que a él le correspondía, la cual ganó y volvió a contender por la misma en 2018, perdiendo ante Leoncio Morán, quien a finales de 2023 para salvar su pellejo de la denuncia que tenía por el faltante de 53 millones de pesos de los trabajadores del ayuntamiento que presidió por última vez, negoció su exoneración con Morena.

El acuerdo tomado entre los tres partidos en 2021 estuvo mal ya que debieron haber impuesto una cláusula en la que se estipulara que si la aspirante a alcaldesa y el candidato a diputado federal resultaban electos y hacían un buen trabajo en sus cargos públicos volverían a competir por los mismos puestos en los comicios de 2024, como sucedió con la alcaldesa y el legislador federal que tuvieron un desempeño eficiente.

No lo hicieron así, no previeron que eso podría pasar y como si fuera un contrato laboral por tiempo definido, los panistas, ciegos y sordos, sostienen que el convenio se tiene que cumplir, que no hay marcha atrás, y los priistas que durante más de dos años y medio sostuvieron y presumieron que la alcaldía de Colima era una posición del tricolor, se durmieron en sus laureles y se cruzaron de brazos; ahora el riesgo de perder es de todos.

¿Cómo es posible que los panistas no acepten que la alcaldesa capitalina mejor posicionada en el país está arriba del diputado federal y entiendan que ella debe ser la candidata a reelegirse en la presidencia municipal, al igual que él puede tratar de repetir en la Cámara de Diputados o, inclusive, ser postulado candidato a la Cámara de Senadores? ¿Por qué esa cerrazón, acaso hay alguna negociación del dueño del PAN con la propietaria de Morena en Colima?

En cuanto a los priistas, es vergonzante que no hayan podido sostener a la alcaldesa capitalina mejor calificada en el país y aceptaran a cambio posiciones políticos y electorales menores. ¿Tan débil está el partido tricolor en la entidad que tuvieron que admitir los compromisos de los panistas o los posibles pactos de los dirigentes de facto (Pedro Peralta Rivas e Indira Vizcaíno Silva) de los abanderamientos? Hay la versión de que las cabezas del PRI fueron a la casa del panista citado para aceptar sus condiciones.

El PRD se vió bien al apoyar a Margarita Moreno para que buscara la reelección a la presidencia municipal de Colima, sin embargo, al ceder el PRI ante el PAN la candidatura estatal más importante a cambio de posiciones menores, el partido del sol azteca en congruencia se salió de la alianza e irá solo en los comicios del 2 de junio próximo, aunque cabe la posibilidad de que se reintegre antes del 18 de enero cuando se darán a conocer las postulaciones. Ojalá recapaciten todos.

La alcaldesa Margarita Moreno tampoco estuvo óptima, supuestamente dialogó con las dirigencias del PRI para que la apoyaran con sus iguales del PAN, pero no lo publicitó, se quedó callada, incluso, debió platicar directamente con las mencionadas al último para convencerlas; nunca debió ir a Monterrey al informe del gobernador emecista Samuel García, menos invitarlo a su casa en Colima, ni subir a Facebook la foto con el “Orange Crush” que tiene el color naranja del partido esquirol, Movimiento Ciudadano.

Lo mismo pasó con Riult Rivera, quien tiene razón en que el PAN no ha cumplido el compromiso de hacerlo candidato a la presidencia municipal de Colima, también en que el convenio partidista de hace tres años fue de que en el 24 le tocaría ser el postulante a dicho cargo, pero debería de entender que por ahora no es el mejor posicionado para ganarle a la aspirante de Morena, Viridiana Valencia Vargas, sino Margarita Moreno. Para todo hay tiempo y hoy no es el suyo.

Ante el Instituto Electoral del Estado el PAN y el PRI registraron el 15 de diciembre de 2023 su alianza “Fuerza y Corazón por Colima”, siglando al abanderamiento blanquiazul la candidatura a la alcaldía de Colima, esto es, que este partido decidirá ante el IEE a quien será él o la postulante al cargo mencionado, lo cual no significa que Riult tenga amarrada la designación ni que tampoco Margarita esté excluida, sin embargo, está claro que el primero va adelante. ¿Quién entiende a las y los políticos?