Este investigador argentino dictó la conferencia “Desafíos constitucionales en tiempos de pandemia”, en la cual afirmó que debe haber equilibrio entre los poderes legislativo, judicial y ejecutivo durante los estados de emergencia.
Ante esta pandemia, dijo el profesor investigador de la Universidad de Catamarca, Argentina, Gonzalo Salerno, casi todos los países eligieron y analizaron estrategias diferentes relacionadas con sus políticas públicas, su visión y presupuesto, así como los diferentes niveles preocupación; “el escenario global fue muy heterogéneo y diverso en las respuestas políticas institucionales”.
En este sentido, agregó que la Constitución tiene un conjunto de normas que regulan a la sociedad y cláusulas o artículos para defender el sistema constitucional y proteger los derechos de los ciudadanos ante situaciones impredecibles que pueden impactar y poner en peligro la normalidad institucional y la vida de las personas; “la emergencia en la que nos encontramos dispara mecanismos de protección que la misma Constitución establece; por lo tanto, corresponde a los poderes públicos constituidos aplicarlos”.
Él dictó la conferencia “Desafíos constitucionales en tiempos de pandemia”, como parte de las charlas virtuales que organiza la Facultad de Derecho en el marco del Programa de Continuidad Académica de la Universidad de Colima.
Gonzalo Salerno comentó que cada país tiene sus mecanismos y clasificaciones para definir una emergencia, aunque en muchos casos son bastante similares y sólo cambian de nombre: toque de queda, estado de sitio, ley marcial o estado de guerra.
En este sentido, dijo que una preocupación de la ciencia constitucional es proteger a los ciudadanos de la acumulación del poder y evitar que se vulneren sus derechos; “por eso el Derechos Constitucional y las ideas republicanas diseñan y construyen mecanismos que buscan controlar y proteger a las personas del abuso de poder, de ahí que tengamos una división de poderes y de funciones.
Lamentablemente, señaló, “en la historia constitucional de algunos países, el uso y abuso de la condición de emergencia ha sido moneda corriente, pues viven en situación perpetua de emergencia. Durante años se han usado mecanismos excepcionales que hacen pensar que siempre estamos esta situación: emergencia económica, sanitaria, política, social e institucional; en muchos de los casos es así realmente, por lo cual tenemos que analizar el porqué estamos en emergencia permanente”.
Al vivir en emergencia permanente, agregó, cuando ocurre una real como la que se está viviendo con el COVID-19, “no existe capacidad de reacción con un mecanismo adecuado. Cuando se da esta situación, el poder ejecutivo es generalmente el depositario de tales confianzas excepcionales y los poderes judicial y legislativo quedan en actitud pasiva casi siempre, entregando una competencia de mando excesiva al ejecutivo”.
Por último, resaltó que “se debe promover el respeto al equilibrio entre poderes con roles constitucionales asumidos; se necesitan poderes ejecutivos responsables, sensatos y comprometidos en resolver la situación que la población vive”.