*La académica universitaria Sarita Salgado hace recomendaciones útiles para el manejo de las emociones estresantes durante la contingencia por COVID-19.

 

“La ansiedad es una serie de respuestas psicofisiológicas asociadas al sistema nervioso autónomo que se activan en respuesta a una amenaza o ante la percepción de ésta; es decir, es un estado de alerta en el cual los seres humanos podemos huir o enfrentar la situación para preservar la vida. Es normal ante un peligro eminente”, dijo Sarita Salgado Torres, académica de la Universidad de Colima, al hablar sobre los estados de ansiedad que algunas personas sufren durante el aislamiento social con el que busca frenar el impacto de la enfermedad por COVID-19.

 

Lo complejo de la ansiedad, comentó en entrevista la profesora, “es que tiene varios componentes, como los pensamientos, las emociones, conductas y el aspecto fisiológico. Todos estos elementos interactúan entre sí y las personas pueden caer en lo más común: los ataques de pánico; esto es, en cuadros de ansiedad”.

 

Sarita Salgado pidió estar atentos a lo que estemos pensando durante los días que dure el aislamiento, en especial a los pensamientos sobre la enfermedad del COVID-19 y a los pensamientos catastróficos y de culpa, que pueden ser indicadores de la ansiedad. Hay también síntomas fisiológicos que pueden detectarse, como la sudoración, la aceleración de la frecuencia cardíaca, respiración entrecortada, el dolor o malestar estomacal y mareos. Un cuadro de ansiedad incluye síntomas fisiológicos, cognitivos (pensamientos) y emocionales (miedos)”, recordó.

 

Para diferenciar entre la ansiedad y una “emoción adaptativa”, comentó que la segunda nos permite estar al pendiente de la situación, de las noticias; “es normal y nos motiva a las cuestiones preventivas, como no estar en contacto con los otros, a lavarnos las manos constantemente y todas las recomendaciones que se nos han dado. Sin embargo, cuando la preocupación se vuelve excesiva y se alteran las horas de sueño y alimentación; cuando hay dificultades para concentrarse y un mayor consumo de sustancias, entonces ahí sí debemos hablar de un trastorno”.

 

La investigadora comentó que, para evitar la ansiedad, “es recomendable mantener comunicación con el círculo social más cercano, evitar tener tantos conocimientos sobre la enfermedad, compartir más historias de solidaridad que de tragedia y sí, estar atentos a las indicaciones de la Secretaria de Salud, pero evitar demasiada información y tener un menú de actividades personales como pasatiempos, leer, ver películas y hacer ejercicio”.

 

Asimismo, añadió, de ser necesario hay que pedir ayuda: “En redes sociales existen grupos de apoyo, del Colegio de Psicólogos del Estado de Colima y de otras instituciones que promueven la salud”.

 

“Es importante que las personas que viven ansiedad sepan que tiene solución. La ansiedad puede ser perturbadora, pero solamente hay que darle sentido a esta adversidad, aprender y comprender nuevas formas de cómo reaccionar ante la situación, cómo resolver el problema, cómo expresarnos emocionalmente. Es común estar ansiosos por el COVID-19, pero hay que considerar que esta fase terminará y tenemos que aprender a adaptarnos a los cambios”, recomendó.

 

Sarita Salgado señaló que, a los niños, “lo ideal es explicarles toda la situación de manera concreta, adaptarla al desarrollo del niño, transmitirle que esto acabará y estarán bien”.

 

Por último, aconsejó a los padres establecer horarios para levantarse y acostarse, hacer trabajo escolar agendado, darse tiempo libre, apoyar en casa y realizar actividades físicas junto con toda la familia; “es el momento ideal para estar más cerca de nuestros hijos, escucharlos, darles más afecto”.

 

Sarita Salgado es licenciada en Psicología por la UNAM, maestra en Medicina Conductual también por la UNAM y doctora en Ciencias Médicas por la UdeC. Cuenta con una especialidad en Terapia Cognitivo Conductual por el Instituto Beck, una especialidad en Psicología Pediátrica por el Instituto Nacional de Pediatría y un diplomado en Terapia de Aceptación y Compromiso para Niñas, Niños y Adolescentes.