¿QUÉ VIENE?

POR SEAN OSMIN HAMUD RUIZ

La lucha y el ejercicio del poder son actos que han fascinado a la humanidad desde siempre.

La capacidad de influencia, el momento de toma de decisiones, saber que se generará un impacto social a partir de la ejecución de una idea propia, incluso la subyugación del semejante o la subordinación del resto a una instrucción girada; todo ello ha demostrado ser sumamente deseable y adictivo para muchos.

Y la política es la manera más depurada para experimentar, luchar y vivir este tipo de situaciones.

Así pues, la búsqueda del poder político nos ha hecho atestiguar a lo largo de la historia momentos que retratan e ilustran esta encarnizada pesquisa.

A pesar de justamente todas las lecciones en el tiempo que hemos atestiguado, cuando nos toca observarlo en el día a día, no deja de sorprender.

Estamos en los albores de una elección presidencial en nuestro país que, estoy seguro, va a redefinir, según sus resultados, el futuro próximo inmediato de esta sociedad.

Esta relevancia nos ha desvelado personalidades y actuaciones atípicas.

Para la picaresca de las narraciones futuras queda una anécdota casi chusca. La entrega del “bastón de mando” a la candidata Sheinbaum, harta criticada, harta analizada, nos deja un simbolismo que, a la luz de lo sucedido el pasado viernes, hace de ese momento una caricatura, una simulación.

El verdadero mandante no permitió que la primera gran decisión de su destapada corcholata, designar a su sucesor en la CdMx, se consolidara, quedando de manifiesto que, hasta el momento, él manda sin cortapisas.

Y muchos interpretan que este doblegamiento sencillamente significa que es una simple marioneta.

Sin embargo, pienso que es un juicio acelerado y parcial. Tenemos que partir de la base que ella quiere, desea profundamente, ser presidenta de México. Eso significa que hará cualquier cosa, cualquiera, para conseguirlo.

¿Traicionar a un amigo?, juego de niños. ¿Tolerar a alguien indeseable?, el pan de todos lo días. ¿Decir por lo pronto a todo “si señor” ?, pues claro.

No hay que cometer el craso error de interpretar llanamente lo que pasó como un debilitamiento. Hoy, a pesar de si misma, sigue siendo la niña de los ojos del presidente, mantiene un partido unido y realmente no se ha desgastado por mantener su posición a la cabeza. Sigue siendo la contendiente aventajada a vencer. No hay que entregarse al ESPEJISMO.

MICROCUENTO

La mirada perdida en el horizonte. Con el ánimo desecho y la dignidad lastimada, reflexiono “Es imposible complacer a todo mundo. Si me vuelvo a enredar así, mi vida corre peligro. No vuelvo a sacar a los dos perros al mismo tiempo”.