Adalberto Carvajal
MATAR A TUITASOS:
¿Cuántos tuits faltan para destituir al Presidente?, preguntó alguien con sentido del humor.
En la república del Twitter y cada vez más en las verdaderas redes sociales que son las del WhatsApp, llaman abiertamente a deponer al Presidente.
¿Pues no que tan demócratas?
¿No se desgarraban las vestiduras porque López Obrador es un ingrato que desconoce a la instituciones y no les quiso pagar a los consejeros del INE el favor de haberlo reconocido como triunfador de los comicios?
A menos que estén pensando en pasar del golpe blando al golpe de Estado, a los detractores del Presidente (especialmente a esa cúpula empresarial que financia la campaña de odio) sólo les queda confiar en la oposición y esperar a que López Obrador pierda el Congreso el año próximo.
¿Dado el desprestigio de los partidos, conseguirían los tradicionales –PRI, PAN y MC– o los emergentes –Futuro 21 y México Libre– arrebatar la mayoría en la Cámara de Diputados al gobierno de la 4T?
Si lograran esa hazaña podrían, mediante negociaciones políticas, alterar también la correlación de fuerzas en el Senado. Ahí Morena no es mayoría absoluta, pero sí es dominante el oficialismo al que pertenecen, además, las bancadas del PT, PES y PVEM.
CACEROLAZOS O CUARTELAZO:
En 1997, perder la mayoría en San Lázaro fue el preámbulo para la derrota del PRI en las elecciones presidenciales de 2000.
Si consigue la oposición quitarle a López Obrador el control de los diputados federales, desde el Legislativo se podría cambiar el rumbo del país, un derrotero que no han conseguido (ni conseguirán) modificar por medio de amparos judiciales.
Si no dan cuartelazo ni disuelven la república como proponen algunos gobernadores que olvidan que esa forma de presión política ya se desgastó, los antilopezobradoristas tendrán que esperar a la consulta de 2022 para revocar el mandato del Presidente.
Con todo, ganar la mayoría en San Lázaro y recortar en las urnas el periodo de gobierno no son objetivos fáciles de alcanzar, cuando la realidad es terca y no se ajusta al plan.
En la hipótesis que maneja la oposición, popularidad es igual a legitimidad y, más aún, a gobernabilidad. Pero el porcentaje de aprobación del Presidente (según El Financiero) no decae pese a la embestida pejefóbica en medios de comunicación y redes sociales.
Si conserva su popularidad, el Presidente usará ese capital político para apadrinar a candidatos de diferentes partidos que compitan en las intermedias.
UN SI CONDICIONAL:
Falta un año para las elecciones intermedias y la arriesgada apuesta de Andrés Manuel, contra lo que diga el Financial Times, podría resultar.
Si la administración López Obrador supera la crisis del coronavirus, será viable para el Presidente construir una nueva mayoría en la Cámara de Diputados con otros partidos aparte de Morena.
Es más, si las masas perciben que el Presidente no los dejó morir solos durante la cuarentena ni ante la crisis que siguió a ella, López Obrador podría salir de la consulta sobre la revocación no sólo confirmado en el cargo sino con la fuerza suficiente para imponer sucesor en 2024.
Este previsible escenario es el que intentan modificar los antilopezobradoristas apelando a la rabia, el temor y los prejuicios de las clases medias y acomodadas. Ellos serán los votantes del Sí durante el plebiscito para la revocación del mandato.
Sin embargo, para el 2022 falta mucho tiempo. Y más alcanzable que el objetivo de derrocar al gobierno a golpe de cacerolazos, es adelantar la campaña electoral.
Usar a la prensa, a expresidentes y exsecretarios de Estado, a figuras del espectáculo y el deporte o a la cúpula empresarial es una jugada maestra de la oposición. Se pueden realizar de este modo actos anticipados de campaña… sin violar la ley electoral.
PORQUE ELLOS LO PIDEN:
¿Qué opina López Obrador de toda esta campaña?
“Que ayuda porque se va probando el grado de madurez política de nuestro pueblo, vamos midiendo qué nivel tenemos de concientización en el país. Y esto no está mal, ya hasta un expresidente dijo que no va a participar ahora con un grupo que se formó para atacarnos, pero que sí va a participar en la revocación del mandato, que va a ser en marzo de 2022”, dijo en la mañanera del martes 14 de abril.
“Yo les recuerdo que nosotros llegamos aquí por convicción y luchamos por principios, luchamos por ideales, no por cargos. Nosotros vamos a estar aquí hasta que el pueblo lo decida, por eso propusimos lo de la revocación del mandato, porque el pueblo pone y el pueblo quita.
“Yo, por autoridad moral, por honestidad, que es lo que estimo más importante en mi vida, no podría estar aquí si no cuento con el apoyo de la gente. No es que me eligieron por seis años y me tienen que aguantar a fuerza, no.
“Por eso propuse lo de la revocación del mandato, pero además propuse que se hiciera para que no costara, el mismo día de la elección federal, es decir, el año próximo, en la elección de junio, la elección federal; se opusieron los conservadores en el Congreso a esa fecha.
“Hay constancia de que envié la iniciativa para que se le consultara al pueblo si quería que continuara el presidente o que renunciara, y dijeron que no y a regañadientes que hasta el 2022”.
ADELANTAR LA REVOCACIÓN:
“¿Qué les ofrezco a los conservadores, con todo respeto?”, se pregunta el mandatario nacional. Y él mismo se contesta:
“Que sea el pueblo de manera pacífica el que decida. Les ofrezco adelantar la fecha, que la revocación del mandato no sea hasta el 22, que la hagamos aprovechando que van a haber las elecciones el mismo día. Es una tarjeta adicional, se va a votar por diputados, por autoridades locales, porque van a haber cambios en los estados y [con] una boleta [adicional]: ‘¿Quieres que continúe el presidente o que renuncie?’
“Y podemos hacer el cambio a la Constitución y yo envío, si me responden hoy, mañana la iniciativa de reforma constitucional; y se puede, porque se tendría la mayoría absoluta, tanto en la Cámara de Diputados como en la Cámara de Senadores y también en los congresos locales. Esto ayudaría mucho para que se aminorara el ansia y que en este tiempo bajara el enojo, no el malestar social”, sentenció el Presidente.
A la pregunta de un reportero de si esto no sería caer en el juego de los conservadores, Andrés Manuel López Obrador respondió:
“No, no, no, es que el mejor método para resolver diferencias es el método democrático, en la democracia es el pueblo el que manda”.
SIMPLIFICAR EL DILEMA:
Con esta propuesta ya deberían estar sonando las alarmas en los cuartos de guerra del antilopezobradorismo. De inmediato, el PAN dijo que no está de acuerdo.
Si la iniciativa prospera, la revocación del mandato iría en las boletas de 2021 y el dilema para el pueblo que supone cualquier elección (optar entre un proyecto de nación u otro) sería mucho menos complicado.
El votante ya no tendría que hacer una doble articulación para entender que sufragar por diputados federales, gobernadores, congresistas locales y ayuntamientos donde los haya que elegir, identificados con la 4T, es igual a pronunciarse por la continuidad de ese proyecto.
Será mucho más sencillo para el elector relacionar un voto por la continuidad del mandato, con un voto por la consolidación del régimen de la Cuarta Transformación.
Si AMLO aparece en la boleta, la gente volverá a votar por él o contra él, como ocurrió en 2018 con los resultados ya conocidos.
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