Adalberto Carvajal

AMLO ES FEMINISTA:

La supuesta resistencia de Andrés Manuel López Obrador a la causa feminista es una falsificación informativa (fake news) que la Presidencia de la República no ha sabido combatir.

Frente a los reclamos de los sectores progresistas dentro del amplio espectro ideológico que abarca la 4T, en el sentido que López Obrador no quiere incomodar a los morenistas más conservadores (recuerden a los diputados de Morena que en los congresos locales han votado contra la despenalización del aborto), el Presidente no ha sabido capitalizar el cumplimiento de sus compromisos de género.

AMLO tiene un gabinete paritario (la mitad de los secretarios de Estado son mujeres) y, en Gobernación (que de tradicional aparato represivo se transformó en un espacio garantista de los derechos humanos), designó a la ministra en retiro y conocida feminista Olga Sánchez Cordero.

Andrés Manuel promovió en la presidencia del Instituto Nacional de las Mujeres a Nadine Gasman, antigua representante de México ante ONU Mujeres y ex directora de IPAS México, una ONG internacional dedicada a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, donde Gasman trabajó con víctimas y sobrevivientes de abuso sexual.

E impulsó la candidatura para la jefatura de Gobierno en la Ciudad de México de Claudia Scheinbaum, quien a su vez propuso a Ernestina Godoy como primera fiscala autónoma de la capital, cuya eficacia en la resolución de los feminicidios más sonados está acreditada.

 

LA YEGUADA ESTÁ GORDA:

En Colima, la promesa del lopezobradorismo en materia de género se materializa en una nueva clase política poblada por mujeres. Aquí la caballada es yeguada y no está flaca, al contrario.

La lista es encabezada por la superdelegada del gobierno federal en la entidad, Indira Vizcaíno. Pero le sigue la alcaldesa de Manzanillo, el municipio más importante del estado, Griselda Martínez. Dos de los tres senadores por Colima son mujeres: Gricelda Valencia y Gabriela Benavides. Así como las dos diputadas federales de mayoría: Claudia Yáñez y Rosi Bayardo.

De esta nomenclatura saldrá la candidata del lopezobradorismo a la gubernatura de Colima, a menos que el patriarcado se imponga y para 2021 el movimiento (que no partido) gobernante postule a un cuadro masculino.

Esta otra caballada la integran el coordinador de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados, Mario Delgado; el líder de la diputación local morenista, Vladimir Parra; el regidor porteño y dirigente estatal del Verde, Virgilio Mendoza, y el senador y dueño de la franquicia del PT en Colima, Joel Padilla.

 

ELEVAR EL PERFIL:

Obligada a mantener un bajo perfil para no despertar los celos de sus correligionarios, particularmente de la diputada Yánez, Indira Vizcaíno Silva ha ido cumpliendo discretamente las metas institucionales.

Confiada en su habilidad para articular el discurso de la 4T, la comunicación política de la superdelegada se basa en declaraciones en programas de radio y respuestas a las entrevistas banqueteras.

Sin embargo, le urge poner por escrito sus ideas (recurrir al infaltable boletín y al emergente copy) para fortalecer su presencia en el círculo rojo. En la misma medida que se robustece su imagen entre los grupos sociales que reciben (cuando lo hacen de sus manos) los apoyos económicos.

 

HONESTIDAD VALIENTE:

Si nos atenemos a la difusión de sus actividades, Griselda Martínez es la única edil del estado que está trabajando. Realiza obras e inicia programas cuando sus homólogos apenas consiguen tapar los baches.

Mimetizada con el estilo personal de gobernar de López Obrador, la alcaldesa manzanillense encarna lo que fue la principal promesa electoral del hoy mandatario nacional: acabar con la corrupción.

Aunado a una estrategia de colaboración con quien se presente (multiplicó las cubetas de pintura que Claudia Yáñez le entregó y con ellas coloreó todas los escalones del Sector 1), esa “honestidad valiente” le ha permitido maximizar los recursos.

Eliminó los apoyos dirigidos que heredó del virgilismo, pero está creando sus propias clientelas políticas. La mayor parte de las críticas que recibe Griselda provienen de su intención de exigir el cumplimiento de las obligaciones ciudadanas (pago del agua y el predial), con la misma tenacidad con la que construye un Estado de bienestar.

 

MADRE DE LA PATRIA:

Entre la senadora por Colima, Gricelda Valencia, y la representante en la Cámara Alta de la primera minoría, Gabriela Benavides, hay un abismo en materia de proyección política.

No parece importarle el 2021 a quien jugó en la segunda fórmula detrás de Joel Padilla, y ganó uno de los dos escaños de mayoría pese a ser casi una desconocida fuera de Armería gracias al tsunami que produjo López Obrador. Gricelda se conforma con pasar el sexenio siendo una madre de la República.

Por la forma en que la saluda López Obrador en los actos en Colima, se ve que el Presidente identifica a Valencia de la Mora. Por eso alguien me dijo, y no tan en broma, que en un escenario de abierta confrontación al interior del proyecto lopezobradorista, Gricelda podría ser algo así como la décima en discordia.

Precisamente porque nadie la conoce, Valencia no tiene negativos. El problema es que tampoco tiene positivos y para hacer una carrera como representante popular, por muy corta que sea, se necesita un mínimo de capital político.

 

SENADORA MATA REGIDOR:

Empeñada en endosarle a Virgilio Mendoza los réditos políticos de todas sus gestiones (como las que hace por la burocracia de Colima ante la dirección del IMSS), Gaby Benavides sigue negándose a admitir que, en realidad, la hipótesis de la candidatura de cuota que en Colima supuestamente le correspondería al Verde –como partido aliado de Morena en el Congreso de la Unión–, le favorece a ella. En la baraja política, senadora mata regidor.

A la ex alcaldesa porteña también le favorece la hipótesis feminista del lopezobradorismo para Colima. Luego entonces, si debe ser una mujer y debe ser del PVEM, Virgilio –jefe del grupo político al que pertenece Benavides– no entra en la ecuación.

El entendido es que Mendoza Amezcua no objetaría poner al servicio de la candidatura de Gaby todas las alianzas que ha construido, entre ellas la insólita coincidencia futurista entre los ex gobernadores Fernando Moreno y Mario Anguiano.

 

CAJA DE SORPRESAS:

Las representantes de los dos distritos electorales federales, Claudia Yáñez por el I y Rosa María Bayardo por el II, son cada una por su lado una caja de sorpresas.

Claudia Valeria Yáñez-Centeno y Cabrera es casi una caja de Pandora de la que salen todos los males, pero donde olvidaron guardar la esperanza. Como convirtió en un asunto de vida o muerte impedir la postulación de la adelantada Indira Vizcaíno, la hermana de César Yáñez no ha dudado en patear el pesebre.

Fue Claudia, y no un vocero de la oposición, quien cuestionó el nombramiento de la superdelegada dando por válidas las denuncias por el caso Altozano (ya aclarado para conformidad de todos, menos de la diputada), o quien ha considerado electoreros los programas sociales de la 4T.

Su última hazaña en San Lázaro fue buscar legislar el impedimento de los delegados del gobierno federal a aspirar a un cargo electoral, confirmando los dichos de la oposición en el sentido que López Obrador concibió a esos funcionarios como procónsules, poco menos que encargados de minar la soberanía estatal para fortalecer los controles centralistas.

Con amigas como Claudia Yáñez, ¿para qué quiere enemigos Andrés Manuel?

 

DOBLE REMOLQUE:

Desde que asumió la titularidad de la diputación federal por el segundo distrito, Rosi Bayardo ha sido algo más que la suplente de Indira Vizcaíno. De hecho, tiene su propia agenda legislativa relacionada con las actividades empresariales que desempeñaba antes de meterse a la política.

Para desconcierto de sus electores, defendió en comisiones la circulación de los doble-remolque por las carreteras del país, fundada en una realidad inmodificable a corto plazo: no hay suficientes operadores (choferes de tráiler competentes) y los que hay están sobreexplotados por el creciente número de contenedores que se deben mover a través del territorio nacional.

Toda esa carga contenerizada y también la que va a granel, debería transportarse por ferrocarril, pero las compañías que se beneficiaron con la reprivatización zedillista de las vías son incapaces de movilizarla. Hace falta una reforma legal para que, los concesionarios de las líneas férreas, admitan que circulen por ellas trenes de otras empresas.

Por lo demás, contra la inercia morenista Bayardo Cabrera se manifestó en contra de la intención presidencial de acabar con los fines de semana largos, que busca restablecer los asuetos por fechas patrias el día que corresponden en el calendario.

Pese a la bondad implícita en la intención de fortalecer la cultura cívica de los mexicanos, Bayardo defendió a los empresarios del sector turístico que resultarían afectados por la medida. La diputada se adelantó a lo que sería una precisión del secretario Torruco a la propuesta de López Obrador: crear fines de semana largos distintos a los que se establecen en función de la proximidad de un día festivo.

Incluso pensando en un escenario donde sea importante controlar los daños políticos que dejará la movilización feminista con la propuesta de una mujer, si los elementos de la ecuación lopezobradorista para Colima es que la candidata sea porteña (Manzanillo es donde está la reserva de votos de Morena, sobre todo si sumamos las clientelas del virgilismo y las que está construyendo Griselda), carismática (un rostro vendible a partir de pocos negativos) y de centro, la solución podría ser Rosi Bayardo.

 

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