Esto en la videoconferencia de Luis Jorge García, que dictó como parte del “Primer Congreso de Producción Avícola” organizado por la UdeC.

Así como existen los forenses, que deben identificar las causas de muerte de las personas, hay médicos veterinarios expertos en realizar autopsias a las aves de producción para detectar (apoyados en diversos laboratorios) las lesiones, anomalías o alteraciones en dichas aves, con el propósito de proteger la salud general de las granjas avícolas y evitar enfermedades y pérdidas económicas.

 

Como parte de las actividades académicas del “Primer Congreso de Producción Avícola” organizado en estos días por la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ), y en el marco de los festejos por el 80 aniversario de la Universidad de Colima, el profesor investigador de este plantel, Luis Jorge García Márquez dictó la videoconferencia “Técnica de Necropsia en Aves de Producción”.

 

La autopsia o necropsia, dijo el investigador en su conferencia, si se realiza con las indicaciones precisas, “brinda hasta un 80% de probabilidades de identificar la causa de la muerte macroscópicamente y de confirmarlo por la histopatología (estudio microscópico de los tejidos); esto no quiere decir que, haciendo la necropsia y viendo nada más las lesiones podamos diagnosticar una enfermedad”.

 

Explicó que con ésta técnica se deben revisar los órganos in situ y posteriormente extraer cada uno para poder revisarlos de manera individual; “tenemos que ver la relación con otros órganos, saber el tamaño, forma, color, consistencia, superficie de corte, la lesión y presencia de trasudados y exudados”.

 

Comentó que si se va a trabajar en aves de producción, se tienen que realizar todos los días necropsias de mortalidad y de aves enfermas; “es un manejo rutinario y detallado donde nada tiene que fallar. Cuando se presenta una enfermedad, prácticamente se difunde de inmediato entre todas las aves, y si no tomamos medidas a tiempo, prácticamente en 24 horas ya tenemos difundida toda la enfermedad en una caseta (gallinero)”.

 

En ese sentido, detalló que los médicos clínicos que se dedican a este tipo de producción de aves tienen que hacer necropsias todos los días; “si queremos hacer un diagnóstico oportuno y adecuado, siempre debemos trabajar con pollos que empiecen con signos de enfermedad y mínimo tenemos que hacerlo con cinco aves que tengan signos o lesiones y nunca trabajar con animales muertos, puesto que éstos se descomponen rápido, y si queremos tomar muestras estarán en un estado autolítico avanzado (descomposición)”.

 

Dijo que cuando se realizan necropsias y se está en campo, se debe tener en cuenta la mortalidad día a día; “un promedio que se maneja diario de mortalidad es de uno por mil; es decir, si en una caseta se tienen 20 mil pollos, los que se tienen que morir normalmente en un día serían 20 pollos; cuando se pase de 20 tenemos que preocuparnos porque algún problema debe estar pasando”.

 

Precisó que es muy importante que se sepa tomar una historia clínica, que incluye datos como de dónde viene el pollo, el tiempo de transporte o si llegó hidratado, y prestar atención a signos o lesiones que puedan encontrarse en ellos”.

 

Para finalizar, señaló como importante saber seleccionar el tipo de muestra, cómo se va a enviar, a preservar y qué técnicas van a utilizarse.

 

Por último, agradeció a la Universidad y a la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia la invitación a participar en este congreso, “que es importante para fortalecer la preparación académica de los estudiantes y ampliar sus conocimientos y puntos de vista”.