En solfa

Por Héctor Sánchez de la Madrid

Después de pasarse prácticamente todo el año 2023 creando el suspenso político de si buscaría la reelección a la alcaldía de la capital del estado bajo las siglas de la coalición PRI, PAN y PRD que la hizo ganar en 2021 o se iría a MC como candidata a una senaduría, Margarita Moreno González terminó saliéndose de esa alianza para pasarse a MC a tratar de contender por el cargo que ostenta.

Con una carrera política que inicia en 2004 como coordinadora del Voluntariado de la Secretaria de Finanzas del régimen del gobernador Gustavo Vazquez Montes y termina 1 año, 1 mes y 24 días después, para retomar el mismo cargo hasta noviembre de 2015 en la entonces Secretaría de Planeación y Finanzas de la administración gubernamental que concluyó el 31 de octubre de 2021.

En noviembre de 2018 su cuñado, el gobernador José Ignacio Peralta Sánchez, la nombra presidenta del Patronato del DIF Estatal y Voluntariado Estatal en donde desarrolla un trabajo político que la lleva en 2021 a la candidatura a la presidencia municipal de Colima, la cual gana y hace un buen papel que le abre las puertas a la reelección en 2024, misma que, de obtenerla, la convertiría en aspirante natural a la gubernatura de Colima en 2027.

Debo agregar que Nacho Peralta la apoyó en la única candidatura electoral que ha tenido, por lo que se le puede considerar su padrino político. En este proceso, su marido, Carlos Noriega García, secretario de Planeación y Finanzas en el gobierno de su cuñado (sobre el que pesan denuncias de peculado y ejercicio indebido del servicio público), es diputado local plurinominal gracias a que su esposa para aceptar la postulación puso esa condición a su entonces partido. Hay versiones de que los Noriega Moreno están distanciados de Peralta Sánchez.

Uno de los problemas de las y los políticos improvisados o faltos de profesionalismo es que al no saber de política ni tener experiencia alguna ignoran las reglas escritas y carecen de la práctica que los va formando y madurando en una actividad difícil, complicada, llena de escollos que tienen que sortear para llegar al objetivo planeado. Las y los políticos profesionales entienden que así como llegaron a un cargo electoral o administrativo pueden no llegar la próxima vez.

El sonado caso político de Margarita es contrastante desde dos perspectivas, la primera porque resultó ser una buena alcaldesa, sensible, trabajadora y popular, la segunda porque si bien demostró capacidad para empatizar con la comunidad, reveló su novatez y falta de aptitud para comprender y visualizar los escenarios cambiantes, complejos y hasta turbios de la política, los practicantes y los abanderamientos.

Todo indica que la alcaldesa vio “moros con tranchete”, esto es, percibió o magnificó ataques, obstáculos y traiciones de sus compañeros de partido y de alianza sin que los hubiera, alimentada por sus colaboradores y consejeros que la envenenaron y le dieron los peores consejos, o de plano, la forzaron, la amenazaron, la amedrentaron desde el gobierno del estado con el caso de su esposo para que desertara y se fuera a un partido a modo como es MC.

Y si es verdad que fue víctima de violencia política de género y que sus ahora excompañeros priistas le jugaron chueco, lo correcto es que denuncie lo que le hicieron y dé los nombres de quienes la agredieron. El priista de mayor rango en la entidad, Fernando Moreno Peña, ha expuesto públicamente las pláticas que los directivos estatales y federales tuvieron con ella para abrirle el camino a la reelección capitalina. El presidente del tricolor, Arnoldo Ochoa González, ha coincidido en los puntos mencionados. ¿Por qué Margarita no los ha refutado?

Después de varios meses de que le preguntaran si buscaría la reelección por la coalición que la llevó a la alcaldía y se abstenía de contestar, al cuarto para las doce, el 15 de diciembre, declaró estar lista para reelegirse y manifestó su confianza en las dirigencias estatales del PRI, PAN y PRD. Ese mismo día los partidos acordaron ante el Instituto Electoral del Estado a quienes siglarían las candidaturas estatales y municipales, por lo cual la alcaldesa le llamó al presidente del tricolor para decirle que se bajaba de su aspiración, porque no quería dividir la alianza.

El 29 de enero reciente anuncia su rompimiento con la coalición PRI-PAN (el PRD se había salido con anterioridad), un día después, el 30 del mismo mes, se integra al oficialista Movimiento Ciudadano, partido con el que había establecido relaciones a través del gobernador de Nuevo León, Samuel García, incluso, asistiendo a su último informe de gobierno e invitándolo a su casa de Colima. Cabe señalar que MC es considerado un instituto afín al presidente Andrés Manuel López Obrador y a la candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum.

Si lo anterior está mal de Margarita, peor está su argumento fabricado y seguramente falaz de haber renunciado en secreto al PRI el 13 de abril de 2023 ante el CDM tricolor que presidía su incondicional presidenta y seguramente próxima militante de MC, que le permitiría contender por la alcaldía con el partido naranja. Durante casi 9 meses de su supuesta salida del PRI (le faltaban 16 días para cumplirlos), la “expriista” participó en innumerables actos del abanderamiento tricolor, incluso en reuniones con su presidente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas y el dirigente estatal, Arnoldo Ochoa González, además de hacer declaraciones como precandidata de la alianza PRI-PAN. ¿Cómo entonces se llama a sí misma víctima de violencia política de género?