*Fernando Castillo
México está en la transición de la fase de mayor contagio de coronavirus (del 8 al 20 de mayo) y ahora las autoridades buscan reabrir la economía con lo que han llamado “nueva normalidad” Y ¿Qué es esta nueva normalidad? A decir del Gobierno Federal, son una serie de lineamientos para “lograr una reapertura exitosa, escalonada y responsable de las actividades laborales”.
La primera etapa del 14 al 17 de mayo e involucra a los “municipios de la esperanza, es decir, municipios que tienen cero contagios reportados por Covid-19 y que colindan con otros municipios con contagios. Ellos sí podrán abrir totalmente la actividad laboral.
La segunda etapa, del 18 al 31 de mayo, comprende la reapertura de empresas o industrias dedicadas a actividades que serán consideradas “esenciales” y que cumplan los protocolos: construcción, minería y fabricación de equipo de transporte.
La tercera etapa, es el 1 de junio. Con ella inicia la reapertura basada en un sistema de semáforo por regiones para reanudar actividades sociales, educativas y económicas.
Pero, ¿Qué nos ha enseñado este periodo de cuarentena y que nos enseñará la llamada “nueva normalidad?
Quizás el principal aprendizaje, tanto a empresas como a ciudadanos, es el costo que genera la tensión que provoca mantenernos aislados en casa y distanciados en lugares públicos. Con el inicio de la “nueva normalidad” llega también un reto para el sector empresarial de México, sobre todo en el ámbito tecnológico.
Para ejemplo, las tiendas departamentales locales, no pertenecientes a grandes cadenas como Liverpool o C&A, han tenido que idear una manera segura de vender a sus clientes por internet, es decir, sumarse al comercio electrónico. Es difícil cuando tus clientes no están acostumbrados a este tipo de comercio y más aún, cuando no tienes una serie de fotografías para representar tus productos en línea. Además, de la desconfianza que generó en últimas semanas el uso de tarjetas de crédito en páginas web por el gran número de reportes sobre robo de datos que dio a conocer la Condusef.
Además, desde el ámbito operativo de la empresa, es lamentable saber que aún hay empresarios que no creen justificable pagar el mismo salario a sus empleados si trabajan desde casa. Justifican su forma de pensar por el simple hecho de creer que “si no los ven trabajando en las oficinas, no están trabajando”.
Sin duda, también será un reto para ellos rediseñar su platilla laboral remota y desde oficina de forma permanente, sin pensar que atenta contra su tradicional cultura organizacional basada en horas presenciales. Y tienen que pensar que esta nueva organización de empleados remotos y en oficina podría ser permanente y reducir gastos a la empresa a la larga. Sin embargo, también habrá que generar un cambio en la política de disponibilidad 24/7 que, aunque no haya pandemia y medidas de trabajo en casa, muchos tenían por sentado: tener disponible al empleado por la hiperconectividad en que vivimos.
La “nueva normalidad” nos traerá paulatinamente innovación en la organización de las empresas, uso de herramientas digitales para la planeación remota de actividades y cambiar al cliente como la parte central de su planeación, generarle una nueva experiencia digital. Además, la innovación digital generará un beneficio en la disminución de papeles que generan día a día, al pasar del papel al pdf.
Habrá cambios, eso es seguro, el cómo y cuánto tiempo depende de cada sector y empresario, y qué tanto dinero quiere perder si no se apega a la “nueva normalidad”.
*Licenciado en Lingüística. Productor de Noticias de ZER Informativo Colima, colaborador de Meridiano Colima, Colima XXI, E1 Debate Colima, El Centinela MX y El Comentario Semanal. Envíame tus comentarios a fernando_castillo@ucol.mx.