Por Esteban Cortés Rojas
= Oportunidad única de Indira = Prefiere andar corcholateando = Por eso la repudian = El chiquigabinete ¿se aumentó el sueldo?
La única oportunidad de la desgobernadora Indira Vizcaíno de que la opinión -y la memoria histórica- de los colimenses le atenúen la sentencia por sus desatinos, sería que aceptara la revocación de mandato, para que así el mismo electorado que la encumbró, la deponga y pueda siquiera decir ella que es una demócrata que prefirió someterse a ese referendum en vez de obstinarse en seguir en el cargo para el cual no estuvo preparada, a la vez no seguir neciamente en él a contrapleo de la demanda social. Esa sería la única manera de salvar la poca dignidad que le queda, una vez que no solo ha demostrado ineptitud para gobernar, sino que ha manifestado, reiteradamente, falta de voluntad para ponerse al frente del destino de los colimenses como fue el mandato electoral.
En las últimas encuestas de popularidad -se entiende que la popularidad deriva de la capacidad para ejercer el cargo-, Indira aparece en los vergonzantes últimos lugares entre los treinta y dos titulares del poder ejecutivo de los estados del país; y cómo no!, si ha preferido ausentarse de Colima una y otra vez a quehaceres para los que no le pagan los colimenses, como es el ir a ser comparsa de varias «corcholatas» de Morena, preferentemente con la de la CDMX, Claudia Sheinbaum Pardo, mientras en Colima se acentúan los problemas, principalmente el de los asesinatos y las masacres, en donde la metralla barre con hombres y mujeres, jóvenes y hasta niños, lo mismo en barrios proletarios que en colonias clasemedieras, en la periferia o en el centro de la capital… y en todos los municipios. No se quiere que Indira se quede a enfrentar a los criminales -aunque sea con abrazos y no con balazos-, pero sí que demostrara tantita solidaridad estando en su puesto de gobernadora como un soldado en la trinchera.
Por eso a Indira la repudian en el colegio al que lleva a sus hijos, igual que en el fraccionamiento privado donde reside, pues en ambos hace ostentación de un dispositivo de seguridad con elementos federales, mientras los padres de familia, sus vecinos y la comunidad en general se sienten expuestos a los atentados, porque se sabe que sobre la desgobernadora pesa una sentencia de ejecución por parte del narco y que -Dios no lo quiera-, puede cumplirse en cualquier momento y lugar. Y mientras hace gala de un aparato de seguridad espeluznante, la gente se pregunta: y los miles de soldados, marinos y agentes de la guardia nacional -amén de policías ministeriales, estatales y municipales-, que han venido a Colima, ¿qué han hecho?, porque no se nota que esos tumultos de gente armada hallan servido de algo, pues las matanzas siguen incontenibles.
Ni hablar de su inútil chiquigabinete, integrado por auténticos mediocres, nulidades, ineptos, buenos para nada, en el que ni por error descolla alguno, como que juegan a ver quién hace menos… o será que no los dejan que opaquen a la jefa? Eso sin contar la mala fama de «amiguis» que, con sus honrosas excepciones, todos cargan.
Sin embargo, Indira no quiere salvar lo que le queda de la buena reputación que algún día debió tener y sigue aferrada al cargo para el cual no está preparada. Sus diputados -la fracción de su corrupto y pernicioso partido, Morena-, le han hecho el trabajo que, según ellos, la salvará de la revocación de mandato, dedicándole una ley secundaria a la medida de sus anhelos, la cual pospone el referéndum revocatorio hasta el siguiente sexenio, porque -dijeron-, la ley secundaria no podrá aplicarse retroactivamente a gobernador o gobernadora alguna. Sin embargo, esos diputados indiristas -que más parecen labriegos ayunos de conocimiento para legislar, pero al servicio de la mandamás-, pasaron por alto que la dichosa revocación de mandato ya está, desde 2019, en la Constitución Federal lo mismo que en la local del Estado de Colima, sin que haya modo de que los diputados morenos le sigan haciendo al jornalero alegando una retroactividad que no existe.
Aceptar que la gobernanza no se hizo para ella y tomar de buen grado la revocación, permitiría a los colimenses decir con cierta condescendencia: -La pobre de Indira, no pudo… hizo bien en irse…
Habrá revocación, quiera a no quiera Indira, quieran o no quieran los labriegos que a su servicio la hacen de legisladores.
MESON.- Corre en las redes la versión escrita de que, desde hace meses, los funcionarios estatales de la primera línea del chquigabinete de Indira Vizcaíno -ese que no saca a los cuervos del sembradío ni a los puercos de la milpa y menos al buey de la barranca-, se aumentaron el sueldo empezando por supuesto con el de la desgobernadora. El rango de esos sueldos estaba entre los $96,374.04 -de Indira- y los $44,247.32 -de la subsecretaria de administración-, y entre esos extremos la mayoría estaba por los 59 mil y pico. El aumento, en porcentaje, iría entre el 31% el más bajo hasta el 63% el más alto. La desgobernadora se aumentó 36% equivalente a 35 mil 137 pesos y 24 centavos, lo que le redunda ahora en 131,511.28 pesos mensuales (sin contar las partidas diversas que le permiten meter mano a líneas presupuestarias que solo Dios y el Diablo saben). El caso es que la desgobernadora no pierde tiro para lloriquear que la administración pasada fue manirrota y que le dejaron, los muy malditos, bien rasguñados los asientos de las cajas de caudales. ¿Cómo creen que, en esas condiciones de saqueo peraltista, a los trabajadores sindicalizados se les podrá dar más del 3% de aumento salarial, si los cacomixtles del sexenio pasado no dejaron ni para comprar un voto en la siguiente elección? ¡Están pero si bien jodidos pidiendo más del 3%! O tú ¿Cómo la ves, Martín? {} ¡Arrieros somos!