Culpable

 

Raúl Merced Lares

 

No es aventurado concluir en este momento que uno de los culpables o responsables de los cientos de miles de contagios de Covid-19 y de las decenas de miles de muertos por este nuevo coronavirus en México es el presidente López Obrador –los otros son los propios ciudadanos-.

Por qué:

En marzo, cuando iniciaban los primeros casos del coronavirus en el país y se esperaba que asumiera el liderazgo o fuera la cabeza del combate y el control de la pandemia, el presidente se dedicó a minimizar la pandemia y hasta invitó literalmente a la gente a no hacer caso a las mismas autoridades de salud de su gobierno. (Casi medio mundo se dio cuenta del desprecio presidencial por el coronavirus al grado de que Amlo invitó por esos días a la gente a que siguiera saliendo para ir, por ejemplo, a comer a los restaurantes, a pesar de que la Secretaría de Salud ya recomendaba quedarse en casa y mantener la sana distancia).

Y fue tanta la irresponsabilidad y la indolencia de López Obrador que por esos días declaró que la pandemia le vendría como “anillo al dedo” a la cuarta transformación porque el coronavirus era una oportunidad para que la 4t demostrara que hace bien las cosas, lo cual ha estado lejos de la realidad.

A finales de abril, cuando los casos iban en aumento, el presidente siguió mostrando no sólo su indiferencia al coronavirus, sino que dejó al descubierto su afán por terminar ya la pandemia, como si esto dependiera de un decreto presidencial, al declarar que “vamos bien” porque “se ha podido domar la epidemia”, en base a los resultados que estaba reportando el subsecretario López-Gatell, quien siguiendo esta línea presidencial declaró días después, ya en mayo, que se estaba aplanando la curva epidemiológica de la pandemia.

Estos mensajes irresponsables influyeron en muchos mexicanos, quienes al escuchar o enterarse que la pandemia estaba cediendo y en otros casos incluso que iba de salida, porque así lo había dado a entender el presidente, dejaron el confinamiento en casa y salieron a las calles sin ninguna medida sanitaria de prevención, como el uso de cubrebocas y la sana distancia. Esto agravó la situación, pues estos cientos de miles o quizá millones de mexicanos que empezaron a salir de casa se sumaron a los otros cientos de miles o millones que desde un principio anduvieron en la calle como si nada pasara o reuniéndose sin ninguna precaución. Los contagios de coronavirus fueron en ascenso debido a este relajamiento social, según lo consignaron estudios, notas informativas y reportajes.

A finales de mayo, el presidente volvió a la carga en su idea por tratar de acabar la pandemia por decreto al señalar sobre el tema que ya veía “la luz al final del túnel”. En esta ocasión el subsecretario de Salud no secundó esta nueva ocurrencia presidencial, sino que fue la misma esposa del presidente, quien a la siguiente semana volvió a repetir esta expresión de su marido para remachar la idea de que ya estábamos saliendo de la oscuridad de la pandemia.

Desesperado por reanudar la actividad normal y su apuración en decretar por terminado el problema de la pandemia porque estaba afectando sus planes políticos y electorales, que es lo que más le interesa, el presidente decretó oficialmente el 16 de mayo como la fecha para empezar a regresar a lo que llamó “nueva normalidad” y el 1 de junio para abrir toda la actividad productiva en el país, justo cuando estaba en pleno ascenso la pandemia en el país.

Pero el presidente no aguantó más. En los primeros días de junio, López Obrador terminó por mandar por un tubo a la pandemia y sus graves consecuencias en la salud y la vida de los mexicanos, pues anunció que regresaba a sus giras de trabajo por los estados, con lo que dijo tácitamente que no haría más de lo poco que ha hecho por combatir y atender la pandemia y que el asunto se lo dejaba no al secretario de Salud, sino al subsecretario López-Gatell, quien al parecer sería nombrado como nuevo secretario de Salud al terminar su tarea en la atención de la epidemia, a finales de este año o principios del 2021, sin descartar que Amlo lo ponga en la lista plurinominal de Morena para la Cámara de Diputados.

En uno de los últimos intentos por acabar con la pandemia como tema principal de la vida pública del país, el presidente dio el banderazo de salida a la lucha electoral por el 2021 al “denunciar” de manera impropia desde Palacio Nacional que se había integrado el “Bloque Opositor Amplio” (BOA) para derrocar a Morena, un distractor que también ha servido como banderazo de salida a la lucha electoral por el 2021, precisamente para distraer la atención por la pandemia.

El presidente no ha podido ni podrá terminar la pandemia en México por decreto presidencial o mediante una declaración. Y de eso se pudo convencer en los primeros días de junio, cuando dijo tácitamente que el asunto delicado y grave de la pandemia se la dejaba al subsecretario López-Gatell al anunciar que él retomaría las giras de trabajo, pese a la recomendación urgente de las propias autoridades sanitarias de mantenerse en casa y la sana distancia.

Y ha sido tal la responsabilidad de López Obrador en los cientos de miles de contagios y decenas de muertes de mexicanos que hace dos semanas el presidente invitó a la población a salir, a que no tuvieran miedo y que saliera, lo que despertó otra advertencia de la Organización Mundial de la Salud, que tuvo que volver a salir para pedir a los presidentes de los países que fueran más coherentes con las acciones y las expresiones sobre la pandemia.

Esta larga cadena de irresponsabilidad y negligencia aún continúa, pues el subsecretario de Salud, atendiendo las instrucciones presidenciales, no deja de enviar mensajes falsos sobre la pandemia en México cada vez que puede, como eso de que ya empieza a estabilizarse la pandemia en el país, lo que volvió a tener la  reacción de la OMS, mediante el subdirector de la Organización Panamericana de la Salud, quien le recordó al funcionario de Salud que en México “hay una tendencia muy evidente de crecimiento de casos de Covid-19 en México”.

El semáforo epidemiológico por el Covid-19 podrá ser manejado como lo quieran las autoridades, como ya se puede observar, pero si realmente se respetara en rigor, aún no deberíamos estar hablando de regresar a las actividades en el país porque la pandemia se prolongará por más meses y nadie sabe cuándo se dará el “pico” de la misma y el franco descenso de casos, que es justo el momento en que podemos regresar a la “nueva normalidad”, no en este momento.

La percepción de millones de mexicanos es que Amlo ha actuado mal ante la pandemia como en otros temas como la economía y la inseguridad. Y esto no sólo lo piensan los periodistas conservadores o fifís; esto lo revelan encuestas y sondeos que se han realizado, en donde más del 50 % de los encuestados reprueban la actuación del presidente.