El regreso
Raúl Merced Lares
Luego del lamentable episodio que protagonizó el presidente López Obrador al ignorar al principio de la pandemia las recomendaciones de la Secretaría de Salud y enviar el mensaje de que el coronavirus no era un riesgo para la salud, el gobierno federal viene enviando señales desde hace tres semanas que el problema está pasando y que ya es momento de ir pensando en el regreso a la normalidad de la vida en el país, pese a que oficialmente se reconoce que el coronavirus en México está en un momento crítico y apenas va a llegar al pico de casos.
Siendo optimista o iluso tal vez, me parece que el gobierno federal va a determinar la reanudación de las actividades el 1 de junio y no el 18 de mayo como lo había planeado, tomando en cuenta que el “pico” de la pandemia en el país terminaría el 20 de mayo o después. Así, el riesgo de contagio aún sería alto, principalmente en la ciudad de México y su zona metropolitana con el Estado de México, así como en otros estados del país que han registrado las mayores cifras de contagios y defunciones por el Covid-19.
Por lo pronto, el secretario de Salud federal, Jorge Alcocer, ya adelantó algo que pudiera ser una de las decisiones que tomaría el gobierno federal: las clases presenciales del presente ciclo escolar no se reiniciarían y concluirían de manera virtual. Al menos, el funcionario federal lo soltó así para conocer las reacciones de la gente a esta eventual decisión.
En el caso de Colima, la secretaria de Salud, Leticia Guadalupe Delgado Carrillo, propuso al nivel federal que hasta el 30 de mayo se concluya el confinamiento y se regrese a las actividades el 1 de junio. Se trata de una propuesta adecuada y prudente que en principio fue apoyada por otros estados y que seguramente ha sido evaluada por el gobierno federal, tomando en cuenta los datos técnicos de la pandemia.
Sin embargo, este esquema se puede venir abajo si el presidente se impone otra vez y decide regresar el próximo lunes a las actividades, lo que confirmaría las sospechas de que López O. se agacharía de nuevo ante el presidente de Estados Unidos que desea reanudar pronto las actividades económicas, pese a que su país a la postre se ha convertido en el centro mundial de la pandemia con cientos de miles de casos y decenas de miles de muertes.
El presidente y el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud han venido enviando desde hace algunas semanas señales de que el coronavirus está dejando de ser un problema serio de salud pública en México con frases como “ya se está domando” y “se está aplanando” la pandemia, entre otras joyitas, por lo que ya es momento de regresar a la normalidad. Pareciera urgirles dar por terminado el problema, pero no por razones técnicas o científicas, sino por otros motivos que tienen que ver con los poderosos intereses de Estados Unidos y con la idea populista de que se han exagerado las medidas sanitarias.
Se comprende claramente la necesidad que tienen los sectores productivos o económicos de regresar a sus actividades. Las empresas, los empresarios, tienen la necesidad de empezar a recuperarse ya de este fuerte golpe y la gente a recuperar sus empleos. Sin embargo, este regreso debiera darse, en todo caso, en forma gradual y bajo las mismas medidas sanitarias de higiene y de sana distancia hasta que el riesgo de la pandemia sea menor.
Si el gobierno federal se apresura y decidiera el regreso de las actividades para el próximo lunes, pondrá innecesariamente a muchos mexicanos en riesgo de ser contagiados si esta eventual determinación no va acompañada de las conocidas recomendaciones sanitarias para la planta productiva o actividad económica. Lo negativo de esta determinación es que con ello se relajaría el confinamiento y veríamos en los siguientes días a más gente en movimiento.
De cualquier manera, una decisión apresurada confirmaría algo lamentable que hemos venido sosteniendo desde hace algunas semanas en las redes sociales, a casi año y medio del gobierno de Morena: que el gobierno de López O. no tiene remedio, para mala fortuna de la mayoría de los mexicanos, y que el rumbo que le ha dado a su gobierno no lo va cambiar, pese a que diversos sectores de la sociedad le digan lo contrario.
En estos días sabremos si el presidente rectifica o si seguirá empeñado en hacer tronar sus chicharrones e ignorar las voces ciudadanas y sociales que esperarían un cambio en el rumbo que ha marcado en su gobierno y que no esperaba la mayoría de los mexicanos, incluso los que votaron por el tabasqueño.
Ojalá el presidente no cierre el círculo vicioso de haber iniciado tarde y haber terminado antes.
REPESCA
LA INESPERADA decisión del presidente de incorporar al Ejército y la Marina a las tareas de seguridad pública tiene sus lecturas. Más allá de emprender o reforzar un combate a la delincuencia, el cual no ha habido desde hace más de cuatro años, esta militarización respondería a una exigencia de Estados Unidos de contener el aumento desmedido en el tráfico de drogas hacia el vecino país del Norte y/o al interés personal del presidente López O. de tener un mejor control de esta delincuencia, de tal manera que ahora los delincuentes ya no se arreglarán con la Policía, sino con las fuerzas armadas, que dependen directamente del presidente. De entrada, le quiere bajar a los homicidios dolosos, sin duda, entre otros propósitos…. ESTE MARTES 12 de mayo es el Día de Transmisiones en el Ejército Mexicano. Felicidades y saludo a todos los trakas del país y del estado, integrantes del arma del mando. Con orgullo digo que milité en el Servicio de Transmisiones de 1976 a 1986 en México, Guadalajara, Aguascalientes y Colima, hasta que obtuvimos licencia ilimitada. Saludos desde Colima a todos mis hermanos de sangre azul, en especial a mis anitikis. Un abrazo: .- .-.. .- -.– .- – . -.. . -.. —