*“Las publicaciones universitarias juegan un papel importante en la percepción de la identidad de las instituciones educativas”, agregó la coordinadora nacional de la Red Altexto en su conferencia virtual.

 

Como primera actividad de la feria del libro Altexto 2021 de la Universidad de Colima, este martes la Dra. Elba Sánchez Rolón, directora del Programa Editorial de la Universidad de Guanajuato y coordinadora nacional de la Red Altexto, dictó de manera virtual, desde el estudio de Televisión Universitaria, la conferencia “Visibilidad de las publicaciones académicas: el trabajo en redes y las necesidades de diálogo con los investigadores”.

 

En su charla, dijo que “cuando te encuentras con un libro, ya sea en un dispositivo electrónico o en papel, se abre la posibilidad de transformar ese cúmulo de letras y palabras en ideas vivas para ser repensadas y cuestionadas como individuos y como sociedad. Todo esto no sería posible sin el arduo trabajo llamado edición, pues no podemos olvidar que un texto requiere de algún tipo de materialidad para ser transmitido. Un libro es el sistema nervioso del conocimiento”.

 

“Para que un libro llegue a tus manos -añadió-, es necesario realizar un largo proceso de selección de contenidos, una rigurosa revisión de estilo, diagramación y diseño editorial, entre otros pasos. No hay que olvidar que los buenos contenidos necesitan primero ser encontrados, contar con una buena edición y finalmente hacerlos visibles”.

 

A diferencia de otras editoriales, comentó la Dra. Sánchez Rolón, “las editoriales universitarias respondemos a una comunidad científica y artística que está generando todo el tiempo estos contenidos, así que darles forma y volverlos legibles es un primer escalón, indispensable para lograr la visibilidad deseada”.

 

Agregó que las universidades se deben a la generación de conocimiento, que es luego convertido en bien común; “buscamos un impacto en el bienestar social, desde la atención a problemas inmediatos hasta la reflexión que nos permite generar insumos para el autoconocimiento, el impacto a largo plazo y la contribución artística y cultural. Por supuesto que volver tangible esta posibilidad de acceso al conocimiento implica una contribución a una sociedad participativa y crítica, por lo que en este tema el papel de las editoriales universitarias es fundamental”.

 

Una editorial universitaria, señaló, requiere de un consejo editorial, de normativas editoriales, de contar con una línea editorial, un cuidado importante del catálogo y de la profesionalización del equipo editorial, así como de herramientas y tecnología, “con el objetivo, por supuesto, de darle visibilidad e identidad universitaria a las publicaciones, por lo que se debe tener conciencia de que las publicaciones universitarias juegan un papel importante en la percepción de la identidad de la institución”.

 

Sin embargo, dijo, uno de los grandes retos para las editoriales universitarias es la distribución y la comercialización, “una vez que los textos se han publicado, requieren ser puestos en espacios que les brinden accesibilidad digital o física; no tiene sentido publicar para llenar bodegas. Los libros están hechos para encontrar a un lector. Para ello, se requiere de un espacio, ya sea físico o digital, además de un acercamiento no sólo con el lector sino con los mismos académicos en todo el proceso. Además, la transparencia es fundamental en un proceso editorial y, por último, la identificación que genera una institución a partir de sus publicaciones”.

 

En este sentido, comentó antes de concluir, se vuelven importantes las alianzas; “se vuelve notoria la necesidad de un trabajo colaborativo, por lo que si a estas publicaciones les añadimos alianzas, el ángulo de visión se expande, la cercanía ya no existe sólo con mis lectores si no respecto también a otras comunidades de pares y me es más sencillo hacer frente a los retos”. Casos como la Red Nacional Altexto de Editoriales Universitarias y Académicas, conformada por 52 instituciones del país, y que cuenta con un catálogo en línea de ocho mil títulos, así como los esfuerzos que se hacen a nivel de América Latina y el Caribe con la Asociación de Editoriales Universitarias de América Latina y el Caribe (EULAC), que contiene más de treinta mil referencias de editoriales en su catálogo, son ejemplo a destacar”.

 

Concluyó asegurando que “el trabajo en red nos favorece a todos, ya que podemos acercarnos de una manera más eficiente y colectiva, y si todas las instituciones estamos colaborando para ello, finalmente lo que podemos hacer es incrementar el diálogo entre las comunidades académicas, científicas y la comunidad en general, por lo que las coediciones o eventos como las ferias de libros son importantes para visibilizar nuestro trabajo en redes”.