*Este investigador argentino dictó videoconferencia en la VIII Jornada Académica Internacional sobre Corea, organizada por la Universidad de Colima.

 

De acuerdo con el profesor Luciano Lanare, de la Universidad Nacional de la Plata, Argentina, es necesario ir más allá de la visión eurocéntrica sobre el mundo, en especial de Corea del Norte, si se quiere realmente entender un país al que actualmente los medios de comunicación en occidente asocian con el reino del mal y del terror.

 

Él dictó la videoconferencia “Corea del Norte y su construcción mediática en los periódicos iberoamericanos (un estudio preliminar)”, como parte de la VIII Jornada Académica Internacional sobre Corea, organizada por el Centro Universitario de Estudios e Investigaciones sobre la Cuenca del Pacífico (CUEICP) de la Universidad de Colima.

 

En su charla, dijo que el peligro de limitarse a un eurocentrismo del conocimiento o epistemológico es que suele verse el mundo desde los ojos de Europa o los Estados Unidos. Esta visión, resaltó, insertada en los programas académicos de Latinoamérica, tanto de educación básica como de las universidades, asegura que tanto los países europeos como EEUU “representan lo bueno, lo lindo, lo blanco, lo civilizado y lo que viene de fuera de ellos o de su influencia es todo lo contrario: lo malo, lo raro, lo extraño, lo sucio y lo feo”.

 

Ejemplificó este planteamiento con el caso de la pandemia, donde hay un virus que fue etiquetado como chino. Esto, dijo, muestra una lógica eurocéntrica que señala que esa enfermedad no pertenece a Europa o Estados Unidos, sino que viene de una región extraña y que fue creada para eliminar a la mitad de los habitantes del planeta, “sin plantearse, por ejemplo, que son los modos de producción capitalista los que llevan a generar este tipo de enfermedades”.

 

El problema, agregó, “es que si tenemos una formación eurocéntrica, la mirada con la que vamos a codificar lo que nos venga será con base en esa lógica”. Así, continuó, en el caso de la República Popular Democrática de Corea del Norte, su construcción mediática está mediada por esta visión; “aquí el tema a discutir es el de la objetividad, pero con esto lo que suele decirse es que la objetividad reside sólo en el discurso eurocéntrico y lo que propongo es la idea de que la objetividad pura no existe, que todos estamos atravesados por ideas y vivencias que condicionan nuestra forma de procesar las ideas”.

 

Para este investigador argentino, la única objetividad posible “es apegarse a las fuentes, aunque no nos gusten, realizar un análisis de larga duración, no espasmódico ni prejuicioso, recolectar datos de varias fuentes y revisar los datos, aunque esto lleve más tiempo”. Si no se hace eso, recordó, seguirá pasando como la noche en que CNN anunció la muerte de Kim Jong-un, presidente de Corea del Norte, y los demás medios, sobre todo en Iberoamérica, lo reprodujeron sin revisar la fuente.

 

Una forma de entender mejor a Corea del Norte, agregó, es ver a la península en su totalidad, porque se trata de “una totalidad indivisible que tiene más de cinco mil años de historia”. Debe verse como un todo, aseguró, a Corea del Norte, Corea del Sur y también a los coreanos de ultramar. La historia reciente de esa península, añadió, inicia con la llamada modernización. A este periodo le sigue la bipolaridad entre capitalismo y comunismo, en el año 1945, y de manera más reciente, a partir de 1998, con la caída del muro de Berlín, “es cuando se empieza a construir, desde los medios de comunicación, la idea de una Corea del Norte totalmente opuesta a la imagen de una Corea del Sur, afín obviamente al modelo de producción capitalista”.

 

Comentó que los medios iberoamericanos, sobre todo en Argentina, no revisan las fuentes y que los comentaristas ni siquiera tienen una idea general sobre Corea del Norte. El problema es que esa visión llega a la calle y la gente comienza a hablar de un régimen atrasado, militar y dictatorial en el que hasta se comen a los niños. Destacó, en este sentido, que las fuentes que nutren los medios de Iberoamérica son de Europa, de EEUU y Corea del Sur; sobre todo de los ejércitos de Estados Unidos y Corea del Sur. Fuentes, además, que no van firmadas.

 

Además, dijo, en un análisis de medios, vio que el 95% de los titulares tenían una característica negativa al referirse a Corea del Norte, con palabras como muerte, ermitaño, asesinar, delirio, ejecutar, pánico, régimen, crueldad, hambre y temor, y sólo el 5% tenía un título neutral. Su idea, aclaró, no es defender un gobierno como el de Kim Jong-un, sino  generar una visión más completa de esa región.

 

“Creo –agregó Luciano Lanare–, que si nos seguimos guiando por esta lógica de búsqueda de sensacionalismo sobre Corea del Norte seguiremos errando en la construcción de una visión más completa. También debemos empezar a abandonar la visión eurocéntrica, y no se trata de eliminar a todos los clásicos europeos sino de complementar esta visión, y de hacer este esfuerzo entre todos”.

 

Por último, dijo que es posible crear nuevas categorías históricas desde América Latina “y no sólo tomar las categorías que vienen de Estados Unidos o Europa. Esto no es una fobia a Estados Unidos o que debamos quemar la biblioteca de los clásicos europeos. No, hay que complementarlas. Lo primero es pensar en una construcción colectiva, y para eso tenemos que debatir, escuchar, razonar y aportar. Debemos multiplicar este tipo de foros, como el que hace el profesor Licona en la Universidad de Colima, para masificar el debate, porque nadie tiene la verdad sino una parte de ella y entre todos podemos construir una visión general que aporte al debate y que no sea simplista o negativa”.